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Mostrando las entradas etiquetadas como Efesios

Lo sentó a su derecha en los cielos (Ef 1,17-23)

Ascensión del Señor. 2ª lectura 17 Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda el Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle; 18 iluminando los ojos de vuestro corazón, para que sepáis cuál es la esperanza a las que os llama, cuáles las riquezas de gloria dejadas en su herencia a los santos, 19 y cuál es la suprema grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa. 20 Él la ha puesto por obra en Cristo resucitándole de entre los muertos y sentándole a su derecha en los cielos, 21 por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación y de todo cuanto existe, no sólo en este mundo sino también en el venidero. 22 Todo lo sometió bajo sus pies y a él lo constituyó cabeza de todas las cosas en favor de la Iglesia, 23 que es su cuerpo, la pleni...

También los paganos participan de nuestra herencia (Ef 3,2-3a.5-6)

Epifanía. 2ª lectura 2 Ya habréis oído que Dios me concedió el encargo de administrar su gracia en favor vuestro, 3a pues mediante una revelación se me dio a conocer el misterio 5 que no se dio a conocer a los hijos de los hombres en otras generaciones, como ahora ha sido revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6 a saber, que los gentiles son coherederos, miembros de un mismo cuerpo y copartícipes de las promesas en Cristo Jesús mediante el Evangelio. Comentario a Efesios 3,2-6 En el Antiguo Testamento se había revelado por la promesa hecha a Abrahán, que en su descendencia serían bendecidas todas las naciones de la tierra (cfr Gen 12,3; Sir 44,21). Pero la forma en que se iba a realizar aquella bendición no había sido desvelada. Los judíos siempre pensaron que sería a través de su exaltación, como pueblo, entre todos los dem...

Hijos en el Hijo (Ef 1,3-6.15-18)

Domingo 2º después de Navidad. 2ª lectura 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, 4 ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; 5 nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado. 15 Por eso, también yo, al tener noticias de vuestra fe en el Señor Jesús y de la caridad con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, al recordaros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda el Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle; 18 iluminando los ojos de vuestro corazón, para que...

Para que seamos santos y sin mancha (Ef 1,3-6.11-12)

La Inmaculada Concepción – 2ª lectura 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, 4 ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; 5 nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado. En él, 11 por quien también fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza todo con arreglo al consejo de su voluntad, 12 para que nosotros, los que antes habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para alabanza de su gloria. Comentario a Efesios 1,3-6.11-12 Son palabras de un himno de alabanza (vv. 3-10) donde se enumeran los beneficios, o bendiciones, que contiene el designio salvífico de Dios, llamado «el misterio» en esta y otras car­tas del corpus paulinum . Abarca d...

El matrimonio cristiano (Ef 5,21-32)

21º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 21 Estad sujetos unos a otros en el temor de Cristo. 22 Las mujeres a sus maridos como al Señor, 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo, del cual él es el salvador. 24 Pues como la Iglesia está sujeta a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. 25 Maridos: amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella 26 para santificarla, purificándola mediante el baño del agua por la palabra, 27 para mostrar ante sí mismo a la Iglesia resplandeciente, sin mancha, arruga o cosa parecida, sino para que sea santa e inmaculada. 28 Así deben los maridos amar a sus mujeres, como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama, 29 pues nadie aborrece nunca su propia carne, sino que la alimenta y la cuida, como Cristo ...

Llenaos del Espíritu (Ef 5,15-20)

20º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 15 Así pues, mirad con cuidado cómo vivís: no como necios, sino como sabios; 16 redimiendo el tiempo, porque los días son malos. 17 Por eso no os volváis insensatos, sino entended cuál es la voluntad del Señor. 18 Y no os embriaguéis con vino, que lleva a la lujuria; al contrario, llenaos del Espíritu, 19 hablando entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones, 20 dando gracias siempre por todas las cosas a Dios Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Comentario a Efesios 5,15-20 La vida nueva recibida en el Bautismo se caracteriza por la sensatez, frente a la necedad de quienes se empeñan en vivir de espaldas a Dios (cfr 1 Co 1,18). La consecuencia inmediata es hacer buen uso del tiempo que Dios nos da para santificarnos (v. 16) y vivir templadamente (v. ...

Caminad en el amor (Ef 4,30–5,2)

19º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 30 Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios con el que habéis sido sellados para el día de la redención. 31 Que desaparezca de vosotros toda amargura, ira, indignación, griterío o blasfemia y cualquier clase de malicia. 32 Sed, por el contrario, benévolos unos con otros, compasivos, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó en Cristo. 5,1 Imitad, por tanto, a Dios, como hijos queridísimos, 2 y caminad en el amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios. Comentario a Efesios 4,30 - 5,2 Cuando Israel fue redimido de la esclavitud egipcia, la sangre del cordero pascual con la que habían sido rociadas las puertas de las casas israelitas fue la señal distintiva de quienes debían salvarse. De modo análogo, el sello del Espí...

Revestíos del hombre nuevo (Ef 4,17.20-24)

18º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 17 Por lo tanto, digo y testifico esto en el Señor: que ya no viváis como viven los gentiles, en sus vanos pensamientos. 20 No es esto, en cambio, lo que vosotros aprendisteis de Cristo 21 —si es que en efecto le habéis escuchado y habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús— 22 para abandonar la antigua conducta del hombre viejo, que se corrompe conforme a su concupiscencia seductora, 23 para renovaros en el espíritu de vuestra mente 24 y revestiros del hombre nuevo, que ha sido creado conforme a Dios en justicia y santidad verdaderas. Comentario a Efesios 4,17-24 En esta última y más extensa sección de esta carta a los Efesios se exponen las exigencias morales del cristiano como miembro de la Iglesia. El cristiano ya no es «hombre viejo», que vive en la oscuridad del mal (4,17-32), sino «hombre nuevo», q...

Unidad de la Iglesia (Ef 4,1-6)

17º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 1 Así pues, os ruego yo, el prisionero por el Señor, que viváis una vida digna de la vocación a la que habéis sido llamados, 2 con toda humildad y mansedumbre, con longanimidad, sobrellevándoos unos a otros con caridad, 3 continuamente dispuestos a conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. 4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados a una sola esperanza: la de vuestra vocación. 5 Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, 6 un solo Dios y Padre de todos: el que está sobre todos, por todos y en todos. Comentario a Efesios 4,1-6 La unidad del Cuerpo de Cristo aparece como la exigencia primordial de cuanto se ha expuesto en la primera parte de la carta, y requiere humildad y tesón por parte de los cristianos. La unidad de la Iglesia —un sólo Cuerpo y un sólo Esp...

Cristo es nuestra paz (Ef 2,13-18)

16º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 13 Ahora, sin embargo, por Cristo Jesús, vosotros, que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido acercados por la sangre de Cristo. 14 En efecto, él es nuestra paz: el que hizo de los dos pueblos uno solo y derribó el muro de la separación, la enemistad, 15 anulando en su carne la ley decretada en los mandamientos. De ese modo creó en sí mismo de los dos un hombre nuevo, estableciendo la paz 16 y reconciliando a ambos con Dios en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando muerte en sí mismo a la enemistad. 17 Y en su venida os anunció la paz a vosotros, que estabais lejos, y también la paz a los de cerca, 18 pues por él unos y otros tenemos acceso al Padre en un mismo Espíritu. Comentario a Efesios 2,13-18 El mensaje del Apóstol sigue dirigiéndose a los cristianos procedentes de la gentilidad para que, al contemplar el ...

Nos eligió para que fuésemos santos (Ef 1,3-14)

15º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, 4 ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; 5 nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado, 7 en quien, mediante su sangre, tenemos la redención, el perdón de los pecados, según las riquezas de su gracia, 8 que derramó sobre nosotros sobreabundantemente con toda sabiduría y prudencia. 9 Nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el benévolo designio que se había propuesto realizar mediante él 10 y llevarlo a cabo en la plenitud de lo...

Dios es rico en misericordia (Ef 2,4-10)

4º domingo de Cuaresma – B. 2ª lectura 4 Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, 5 aunque estábamos muertos por nuestros pecados, nos dio vida en Cristo —por gracia habéis sido salvados—, 6 y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos por Cristo Jesús, 7 a fin de manifestar a los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia, por su bondad con nosotros por medio de Cristo Jesús. 8 Así pues, por gracia habéis sido salvados mediante la fe; y esto no procede de vosotros, puesto que es un don de Dios: 9 es decir, no procede de las obras, para que nadie se gloríe, 10 ya que somos hechura suya, creados en Cristo Jesús, para hacer las obras buenas, que Dios había preparado para que las practicáramos. Comentario a Efesios 2,4-10 A pesar de la situación de pecado en que se encontraban tanto gentiles como judíos (vv...

Lo sentó a su derecha en los cielos (Ef 1,17-23)

Ascensión del Señor. 2ª lectura 17 Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda el Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle; 18 iluminando los ojos de vuestro corazón, para que sepáis cuál es la esperanza a las que os llama, cuáles las riquezas de gloria dejadas en su herencia a los santos, 19 y cuál es la suprema grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa. 20 Él la ha puesto por obra en Cristo resucitándole de entre los muertos y sentándole a su derecha en los cielos, 21 por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación y de todo cuanto existe, no sólo en este mundo sino también en el venidero. 22 Todo lo sometió bajo sus pies y a él lo constituyó cabeza de todas las cosas en favor de la Iglesia , 23 que es su cuerpo, la plenitud de quien llena todo en todas las cosas. Los fieles a los que dirige esta carta a los Efesios, en su mayor parte procedentes de la gentilidad, ...

Cristo será tu luz (Ef 5,8-14)

4º domingo de Cuaresma – A. 2ª lectura 8 En otro tiempo erais tinieblas, ahora en cambio sois luz en el Señor: caminad como hijos de la luz, 9 porque el fruto de la luz se manifiesta en toda bondad, justicia y verdad. 10 Sabiendo discernir lo que es agradable al Señor, 11 no participéis en las obras estériles de las tinieblas, antes bien combatidlas, 12 pues lo que éstos hacen a escondidas da vergüenza hasta el decirlo. 13 Todas esas cosas, al ser puestas en evidencia por la luz, quedan a la vista, pues todo lo que se ve es luz. 14 Por eso dice: «Despierta, tú que duermes, álzate de entre los muertos, y Cristo te iluminará». San Pablo propone una consecuencia práctica de lo que venía diciendo hasta ahora en esta carta: conviene llevar una conducta limpia en la que se reflejen las obras de la luz, tal como conviene a quienes han recibido la luz de Cristo en el Bautismo y han sido llenos del Espíritu Santo. Por eso, el sacramento del Bautismo recibe también el nombre de «ilumina...

La Inmaculada Concepción (II)

Nos eligió, en la persona de Cristo, para que fuésemos santos y sin mancha (Ef 1,3-6.11-12) 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los cielos, 4 ya que en él nos eligió antes de la creación del mundo para que fuéramos santos y sin mancha en su presencia, por el amor; 5 nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo conforme al beneplácito de su voluntad, 6 para alabanza y gloria de su gracia, con la cual nos hizo gratos en el Amado. En él, 11 por quien también fuimos constituidos herederos, predestinados según el designio de quien realiza todo con arreglo al consejo de su voluntad, 12 para que nosotros, los que antes habíamos esperado en el Mesías, sirvamos para alabanza de su gloria. Son palabras de un himno de alabanza (vv. 3-10) donde se enumeran los beneficios, o bendiciones, que contiene el designio salvífico de Dios, llamado «el misterio» en esta y otras car­tas del corpus paulinum . Ab...