Ir al contenido principal

Revestíos del hombre nuevo (Ef 4,17.20-24)

18º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura

17 Por lo tanto, digo y testifico esto en el Señor: que ya no viváis como viven los gentiles, en sus vanos pensamientos. 20 No es esto, en cambio, lo que vosotros aprendisteis de Cristo 21 —si es que en efecto le habéis escuchado y habéis sido enseñados conforme a la verdad de Jesús— 22 para abandonar la antigua conducta del hombre viejo, que se corrompe conforme a su concupiscencia seductora, 23 para renovaros en el espíritu de vuestra mente 24 y revestiros del hombre nuevo, que ha sido creado conforme a Dios en justicia y santidad verdaderas.

Comentario a Efesios 4,17-24

En esta última y más extensa sección de esta carta a los Efesios se exponen las exigencias morales del cristiano como miembro de la Iglesia. El cristiano ya no es «hombre viejo», que vive en la oscuridad del mal (4,17-32), sino «hombre nuevo», que ha de reflejar a Dios en su comportamiento (5,1-7).

La vida nueva en Cristo es la condición que se exige a cada cristiano para contribuir al crecimiento del Cuerpo de Cristo (cfr 4,12-16). Esta vida nueva requiere despojarse de la vanidad y pecado anteriores a la conversión (vv. 17-19) y revestirse de Cristo, el hombre nuevo, siendo fiel a Él (vv. 20-24) en todo instante. «Si, pues, no hay más que un vestido salvador, esto es, Cristo, nadie llamará hombre nuevo, el que ha sido creado según Dios, a ninguno fuera de Cristo. Es, pues, evidente, que quien se ha revestido de Cristo se ha revestido del hombre nuevo, de ese hombre nuevo que ha sido creado según Dios» (S. Gregorio de Nisa, Contra Eunomium 3,1,52).

Comentarios

Entradas más visitadas de este blog

Desde la eternidad fue formada la Sabiduría (Pr 8,22-31)

Santísima Trinidad – C. 1ª lectura 22 El Señor me tuvo al principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa alguna, desde antaño. 23 Desde la eternidad fui formada, desde el comienzo, antes que la tierra. 24 Cuando no existían los océanos fui dada a luz, cuando no había fuentes repletas de agua. 25 Antes que se asentaran los montes, antes que las colinas fui dada a luz. 26 Aún no había hecho la tierra ni los campos, ni el polvo primero del mundo. 27 Cuando asentaba los cielos, allí estaba yo, cuando fijaba un límite a la superficie del océano, 28 cuando sujetaba las nubes en lo alto, cuando consolidaba las fuentes del océano, 29 cuando ponía su límite al mar para que las aguas no lo traspasaran, cuando fijaba los cimientos de la tierra, 30 yo estaba proyectando junto a Él, lo deleitaba día a día, actuando ante Él en todo momento, 31 jugando con el orbe de la tierra, y me deleitaba con los hijos de Adán. Comentario a Proverbios 8,22-31 La Sabidurí...

Himno a la caridad (1 Co 12,31—13,13)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad n...

Bautizados en un mismo espíritu (1 Co 12,3b-7.12-13)

Pentecostés – 2ª lectura 3 Nadie puede decir: «¡Señor Jesús!», sino por el Espíritu Santo. 4 Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo; 5 y diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; 6 y diversidad de acciones, pero Dios es el mismo, que obra todo en todos. 7 A cada uno se le concede la manifestación del Espíritu para provecho común. 12 Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aun siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque todos nosotros, tanto judíos como griegos, tanto siervos como libres, fuimos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Comentario a 1 Corintios 12,3-13 Parece que entre los corintios paganos se daban fenómenos de exaltación religiosa, como entrar en trance, acom...