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Mostrando las entradas etiquetadas como Jerusalén

El Señor se ha complacido en ti (Is 62,1-5)

2º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 1 Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré hasta que su justicia despunte como la aurora, y su salvación arda como una antorcha. 2 Las naciones verán tu justicia, y todos los reyes, tu gloria; te llamarán con un nombre nuevo, que pronunciará la boca del Señor. 3 Serás corona gloriosa en la mano del Señor, diadema real en la palma de tu Dios. 4 Ya no te dirán más: «Abandonada», ni de tu tierra dirán ya: «Desolada», sino que te llamarán: «Mi-delicia-está-en-ella», y a tu tierra: «Desposada», porque el Señor se ha complacido en ti, y tu tierra tendrá esposo. 5 Como un joven se desposa con una virgen, contigo se desposará tu constructor, y como se alegra el novio con la novia se deleitará en ti...

Judá será salvada y Jerusalén habitará en seguridad (Jr 33,14-16)

1º domingo de Adviento – C. 1ª lectura 14 Mirad que vienen días —oráculo del Señor—, en que cumpliré la buena promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. 15 En aquellos días y en aquel tiempo suscitaré a David un brote justo, que ejerza el derecho y la justicia en la tierra. 16 En aquellos días Judá será salvada y Jerusalén habitará en seguridad, y éste será el nombre con que la llamarán: “El Señor, nuestra Justicia”. Comentario a Jeremías 33,14-16 Estos versículos, que faltan en la versión de los Setenta y pueden haber sido añadidos posteriormente, recogen un conjunto de anuncios mesiánicos fundados en la inmutabilidad de la promesa del Señor. El Señor continuará la dinastía de David mediante uno de sus descendientes (vv. 15-16; cfr 23,5-6; 2 S 7,12-16)...

Entrada triunfal en Jerusalén (Mt 21,1-11)

Domingo de Ramos. Procesión 1 Al acercarse a Jerusalén y llegar a Betfagé, junto al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos, 2 diciéndoles: —Id a la aldea que tenéis enfrente y encontraréis enseguida un asna atada, con un borrico al lado; desatadlos y traédmelos. 3 Si alguien os dice algo, le responderéis que el Señor los necesita y que enseguida los devolverá. 4 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por medio del Profeta: 5 Decid a la hija de Sión: «Mira, tu Rey viene hacia ti con mansedumbre, sentado sobre un asna, sobre un borrico, hijo de animal de carga». 6 Los discípulos marcharon e hicieron como Jesús les había ordenado. 7 Trajeron el asna y el borrico, pusieron sobre ellos los mantos y él se montó encima. 8 Una gran multitud extendió sus propios mantos por el camino; otros cortaban ramas de árboles y las echaban por el camino. 9 Las multitudes que iban delante de él y las que seguían detrás gritaban diciendo: —¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bend...

Destruid este Templo y en tres días lo levantaré (Jn 2,13-25)

3º domingo de Cuaresma – B. Evangelio 13 Pronto iba a ser la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. 14 Encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. 15 Con unas cuerdas hizo un látigo y arrojó a todos del Templo, con las ovejas y los bueyes; tiró las monedas de los cambistas y volcó las mesas. 16 Y les dijo a los que vendían palomas: —Quitad esto de aquí: no hagáis de la casa de mi Padre un mercado. 17 Recordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. 18 Entonces los judíos replicaron: —¿Qué signo nos das para hacer esto? 19 Jesús respondió: —Destruid este Templo y en tres días lo levantaré. 20 Los judíos contestaron: —¿En cuarenta y seis años ha sido construido este Templo, y tú lo...

De sus espadas forjarán azadas (Is 2,1-5)

Domingo 1º Adviento – A. Primera lectura 1 Mensaje que vio Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén. 2 Sucederá en los últimos días que el monte del Templo del Señor se afirmará en la cumbre de los montes, se alzará sobre los collados, y afluirán a él todas las naciones. 3 Irán muchos pueblos y dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob. Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus senderos, porque de Sión saldrá la Ley , y de Jerusalén la palabra del Señor». 4 Él juzgará entre las naciones, y dictará sentencia a muchos pueblos. De sus espadas forjarán azadas, y de sus lanzas, podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. 5 ¡Casa de Jacob, venid, caminemos a la luz del Señor! A pesar de los pecados del pueblo y de la calamitosa situación de Judá que se está describiendo en la primera parte del libro de Isaías, se abre ya desde el comienzo un resquicio ...

En Jerusalén seréis consolados (Is 66,10-14c)

  14º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 10 ¡Alegraos con Jerusalén y regocijaos por ella cuantos la amáis; exultad de gozo con ella cuantos le hacíais duelo! 11 Pues os amamantaréis hasta saciaros del pecho de sus consuelos, beberéis hasta deleitaros de la ubre de su gloria. 12 Porque esto dice el Señor: «Mirad: Yo hago discurrir hacia ella, como un río, la paz, y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Mamaréis, seréis llevados en brazos, y acariciados sobre las rodillas. 13 Como alguien a quien su madre consuela, así Yo os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados. 14 Lo veréis y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus siervos. El poema se encuadra en una metáfora sobre la maternidad de Sión. En una expresión audaz se presenta a Dios consolando a los suyos como una madre que amamanta a sus hijos (v. 11). Como ya se ha visto, es en la ...

En Jerusalén seréis consolados (Is 66,10-14c)

14º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 10 ¡Alegraos con Jerusalén y regocijaos por ella cuantos la amáis; exultad de gozo con ella cuantos le hacíais duelo! 11 Pues os amamantaréis hasta saciaros del pecho de sus consuelos, beberéis hasta deleitaros de la ubre de su gloria. 12 Porque esto dice el Señor: «Mirad: Yo hago discurrir hacia ella, como un río, la paz, y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Mamaréis, seréis llevados en brazos, y acariciados sobre las rodillas. 13 Como alguien a quien su madre consuela, así Yo os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados. 14 Lo veréis y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus siervos. El poema se encuadra en una metáfora sobre la maternidad de Sión. En una expresión audaz se presenta a Dios consolando a los suyos como una madre que amamanta a sus hijos (v. 11). Como ya se ha visto, es en la segu...

Entrada del Mesías en Jerusalén (Mc 11,1-10)

Domingo de Ramos. Procesión – B 1 Al acercarse a Jerusalén, a Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos 2 y les dijo: —Id a la aldea que tenéis enfrente y nada más entrar en ella encontraréis un borrico atado, en el que todavía no ha montado nadie; desatadlo y traedlo. 3 Y si alguien os dice: «¿Por qué hacéis eso?», respondedle: «El Señor lo necesita y enseguida lo devolverá aquí». 4 Se marcharon y encontraron un borrico atado junto a una puerta, fuera, en un cruce de caminos, y lo desataron. 5 Algunos de los que estaban allí les decían: —¿Qué hacéis desatando el borrico? 6 Ellos les respondieron como Jesús les había dicho, y se lo permitieron. 7 Entonces llevaron el borrico a Jesús, echaron encima sus mantos, y se montó sobre él. 8 Muchos extendieron sus mantos en el camino, otros el ramaje que cortaban de los campos. 9 Los que iban delante y los que seguían detrás gritaban: —¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ...