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Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre (Mc 10,2-16)

27º domingo del Tiempo ordinario – B. Evangelio 2 Se acercaron entonces unos fariseos que le preguntaban, para tentarle, si le es lícito al marido repudiar a su mujer. 3 Él les respondió: —¿Qué os mandó Moisés? 4 —Moisés permitió darle escrito el libelo de repudio y despedirla —dijeron ellos. 5 Pero Jesús les dijo: —Por la dureza de vuestro corazón os escribió este precepto. 6 Pero en el principio de la creación los hizo hombre y mujer. 7 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, 8 y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. 10 Una vez en la casa, sus discípulos volvieron a preguntarle sobre esto. 11 Y les dijo: —Cualquiera que repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; 12 y si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio. 13 Le presentaban unos niños para que los tomara en sus brazos; pero los dis
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Experimentó la muerte en beneficio de todos (Hb 2,9-11)

27º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 9 A aquel que fue hecho por un momento inferior a los ángeles, a Jesús, le vemos coronado de gloria y honor a causa de la muerte padecida. De modo que, por gracia de Dios, experimentó la muerte en beneficio de todos. 10 Porque convenía que Aquel para quien y por quien son todas las cosas, habiéndose propuesto llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase mediante los sufrimientos al que iba a llevarlos a la salvación. 11 Porque quien santifica y quienes son santificados vienen todos de uno solo; por eso no se avergüenza de llamarlos hermanos. Comentario a Hebreos 2,9-11 Se apli­can a Cristo las palabras del Sal 8, que canta la grandeza de Dios y la dignidad del hombre, ya que Cristo es la perfección de la humani­dad, el hombre perfecto, que con su obe­diencia y humil­dad, su pasión y muerte fue hecho inferior a los ángeles, pero mereció por ello ser coro­nado de gloria y honor (cfr Flp 2,6-11; 1 P 2,21-25). Así, por sus padeci­mi

Y serán los dos una sola carne (Gn 2,18-24)

27º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura 18 Entonces dijo el Señor Dios: —No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda adecuada para él. 19 El Señor Dios formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, de modo que cada ser vivo tuviera el nombre que él le hubiera impuesto. 20 Y el hombre puso nombre a todos los ganados, a las aves del cielo y a todas las fieras del campo; pero para él no encontró una ayuda adecuada. 21 Entonces el Señor Dios infundió un profundo sueño al hombre y éste se durmió; tomó luego una de sus costillas y cerró el hueco con carne. 22 Y el Señor Dios, de la costilla que había tomado del hombre, formó una mujer y la presentó al hombre. 23 Entonces dijo el hombre: —Ésta sí es hueso de mis huesos, y carne de mi carne. Se la llamará mujer, porque del varón fue hecha. 24 Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una

El que no está contra nosotros, con está nosotros (Mc 9,38-43. 45. 47-48)

26º domingo del Tiempo ordinario – B. Evangelio 38 Juan le dijo: —Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no viene con nosotros. 39 Jesús contestó: —No se lo prohibáis, pues no hay nadie que haga un milagro en mi nombre y pueda a continuación hablar mal de mí: 40 el que no está contra nosotros, con nosotros está. 41 Y cualquiera que os dé de beber un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, en verdad os digo que no perderá su recompensa. 42 »Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le ajustaran al cuello una piedra de molino, de las que mueve un asno, y fuera arrojado al mar. 43 Y si tu mano te escandaliza, córtatela. Más te vale entrar manco en la Vida que con las dos manos acabar en el infierno, en el fuego inextinguible. 45 Y si tu pie te escandaliza, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la Vida que con los dos pies ser arrojado al infierno. 47 Y si tu ojo te escandaliza,

Ricos: vuestra riqueza está podrida (St 5,1-6)

26º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 1 Atended ahora los ricos: llorad a gritos por las desgracias que os van a sobrevenir. 2 Vuestra riqueza está podrida, y vuestros vestidos consumidos por la polilla; 3 vuestro oro y vuestra plata están enmohecidos, y su moho servirá de testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como si fuera fuego. Habéis atesorado para los últimos días. 4 Mirad: el salario que habéis defraudado a los obreros que segaron vuestros campos, está clamando; y los gritos de los segadores han llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. 5 Habéis vivido lujosamente en la tierra, entregados a los placeres, y habéis cebado vuestros corazones para el día de la matanza. 6 Habéis condenado y habéis dado muerte al justo, sin que él os ofreciera resistencia. Comentario a Santiago 5,1-6 Santiago, con un tono que recuerda a los profetas (cfr p. ej. Is 3,13-26; Am 6,1 ss.; Mi 2,1 ss.), reprueba a los ricos su soberbia, vanidad y avaricia, su entrega a l

El Espíritu se reparte en abundancia (Nm 11,25-29)

26º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura 25 Descendió el Señor en la nube y habló con él. Tomó un poco del espíritu que había sobre Moisés y lo infundió sobre cada uno de los setenta ancianos. Y cuando el espíritu reposó sobre ellos se pusieron a profetizar. Pero no volvieron a hacerlo. 26 Dos hombres se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y el otro Medad. El espíritu reposó sobre ellos, pues eran de los señalados aunque no habían ido a la tienda, y se pusieron a profetizar en el campamento. 27 Un muchacho corrió a referírselo a Moisés, y le dijo: —Eldad y Medad están profetizando en el campamento. 28 Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde su juventud, replicó: —Señor mío, Moisés, prohíbeselo. 29 Moisés le dijo: —¿Estás celoso por mí? ¡Ojalá todo el pueblo del Señor fueran profetas porque el Señor les hubiera infundido su espíritu! Comentario a Números 11,25-29 La fuente del espíritu es Dios mismo, y puede darlo a quien quiere, por encima de l

El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe (Mc 9,30-37)

25º domingo del Tiempo ordinario – B. Evangelio 30 Salieron de allí y atravesaron Galilea. Y no quería que nadie lo supiese, 31 porque iba instruyendo a sus discípulos. Y les decía: —El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán, y después de muerto resucitará a los tres días. 32 Pero ellos no entendían sus palabras y temían preguntarle. 33 Y llegaron a Cafarnaún. Estando ya en casa, les preguntó: —¿De qué hablabais por el camino? 34 Pero ellos callaban, porque en el camino habían discutido entre sí sobre quién sería el mayor. 35 Entonces se sentó y, llamando a los doce, les dijo: —Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último de todos y servidor de todos. 36 Y acercó a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: 37 —El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y quien me recibe, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado. Comentario a Marcos 9,30-37 Desde la confesión de Pedro (8,31) hasta la llega