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Mostrando entradas de 2025

El hijo pródigo (Lc 15,1-3.11-32)

  4º domingo de Cuaresma –C. Evangelio 1 Se le acercaban todos los publicanos y pecadores para oírle. 2 Pero los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: —Éste recibe a los pecadores y come con ellos. 3 Entonces les propuso esta parábola: 11 —Un hombre tenía dos hijos. 12 El más joven de ellos le dijo a su padre: «Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde». Y les repartió los bienes. 13 No muchos días después, el hijo más joven lo recogió todo, se fue a un país lejano y malgastó allí su fortuna viviendo lujuriosamente. 14 Después de gastarlo todo, hubo una gran hambre en aquella región y él empezó a pasar necesidad. 15 Fue y se puso a servir a un hombre de aquella región, el cual lo mandó a sus tierras a guardar cerdos; 16 le entraban ganas de saciarse con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba. 17 Recapacitando, se dijo: «¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan abundante mientras yo aquí me muero de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi pad...

Reconciliaos con Dios (2 Co 5,17-21)

4º domingo de Cuaresma – C. 2ª lectura 17 Por tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo. 18 Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos confirió el ministerio de la reconciliación. 19 Porque en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo, sin imputarle sus delitos, y puso en nosotros la palabra de reconciliación. 20 Somos, pues, embajadores en nombre de Cristo, como si Dios os exhortase por medio de nosotros. En nombre de Cristo os rogamos: reconciliaos con Dios. 21 A él, que no conoció pecado, lo hizo pecado por nosotros, para que llegásemos a ser en él justicia de Dios. Comentario a 2 Corintios 5,17-21 El Apóstol acaba de dar razón de su comportamiento, insistiendo en que es honesto y claro (vv. 11-13). El motor de su modo de actuar es «el amor de Cristo» (v. 14), que en este ...

El maná desapareció a partir de ese día (Jos 5,9a.10-12)

4º domingo de Cuaresma – C. 1ª lectura 9 El Señor dijo a Josué: —Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto. 10 Los israelitas estaban acampados en Guilgal y celebraron la Pascua la tarde del día catorce de ese mes en las estepas de Jericó. 11 Y desde el mismo día siguiente a la Pascua comieron de los productos de la tierra: panes ácimos y grano tostado. 12 El maná desapareció a partir de ese día en que comieron los productos de la tierra. El maná se terminó para los israelitas, pero aquel año comieron de lo que produjo la tierra de Canaán. Comentario a Josué 5,9-12 Una vez que han sido circuncidados los varones para poder celebrar la Pascua (vv. 1-9), tiene lugar la primera celebración de esta fiesta en la tierra prometida. Los israelitas pudieron emplear los cereales producidos en esa región para la elaboración de los panes ...

Dar fruto (Lc 13,1-9)

3º domingo de Cuaresma –C. Evangelio 1 Estaban presentes en aquel momento unos que le contaban lo de los galileos, cuya sangre mezcló Pilato con la de sus sacrificios. 2 Y en respuesta les dijo: —¿Pensáis que estos galileos eran más pecadores que todos los galileos, porque padecieron tales cosas? 3 No, os lo aseguro; pero si no os convertís, todos pereceréis igualmente. 4 O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre de Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que vivían en Jerusalén? 5 No, os lo aseguro; pero si no os convertís, todos pereceréis igualmente. 6 Les decía esta parábola: —Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar en ella fruto y no lo encontró. 7 Entonces le dijo al viñador: «Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en e...

Lecciones de la historia sagrada (1 Co 10,1-6.10-12)

3º domingo de Cuaresma – C. 2ª lectura 1 No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, y todos atravesaron el mar, 2 y para unirse a Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5 Pero la mayoría de ellos no agradó a Dios, puesto que cayeron muertos en el desierto. 6 Estas cosas sucedieron como en figura para nosotros, para que no codiciemos lo malo como lo codiciaron ellos, 10 ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron a manos del exterminador. 11 Todas estas cosas les sucedían como en figura; y fueron escritas para escarmiento nuestro, para quienes ha llegado la plenitud de los tiempos. 12 Así pues, el que piense estar en pie, que tenga cuidado de no caer. Comentario ...

La zarza ardiendo (Ex 3,1-8a.13-15)

3º domingo de Cuaresma – C. 1ª lectura 1 Moisés apacentaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; solía conducirlo al interior del desierto, llegando hasta el Horeb, el monte de Dios. 2 El ángel del Señor se le manifestó en forma de llama de fuego en medio de una zarza. Moisés miró: la zarza ardía pero no se consumía. 3 Y se dijo Moisés: «Voy a acercarme y comprobar esta visión prodigiosa: por qué no se consume la zarza». 4 Vio el Señor que Moisés se acercaba a mirar y lo llamó de entre la zarza: —¡Moisés, Moisés! Y respondió él: —Heme aquí. 5 Y dijo Dios: —No te acerques aquí; quítate las sandalias de los pies, porque el lugar que pisas es tierra sagrada. 6 Y añadió: —Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán...

La Transfiguración de Jesús (Lc 9,28b-36)

2º domingo de Cuaresma – C. Evangelio 28 Unos ocho días después de estas palabras, se llevó con él a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a un monte para orar. 29 Mientras él oraba, cambió el aspecto de su rostro, y su vestido se volvió blanco y muy brillante. 30 En esto, dos hombres comenzaron a hablar con él: eran Moisés y Elías 31 que, aparecidos en forma gloriosa, hablaban de la salida de Jesús que iba a cumplirse en Jerusalén. 32 Pedro y los que estaban con él se encontraban rendidos por el sueño. Y al despertar, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban a su lado. 33 Cuando éstos se apartaron de él, le dijo Pedro a Jesús: —Maestro, qué bien estamos aquí; hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías —pero no sabía lo que decía. 34 Mientras así hablaba, se formó una nube y los cubrió con su sombra. Al entrar ellos en la nube, se atemorizaron. 35 Y se oyó una voz desde la nube que decía: —Éste es mi Hijo, el elegido: escuchadle. 36 Cuando sonó l...

Transformará nuestro cuerpo en cuerpo glorioso (Flp 3,17—4,1)

2º domingo de Cuaresma – C. 2ª lectura 17 Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que caminan según el modelo que tenéis en nosotros. 18 Porque muchos —esos de quienes con frecuencia os hablaba y os hablo ahora llorando— se comportan como enemigos de la cruz de Cristo: 19 su fin es la perdición, su dios el vientre, y su gloria la propia vergüenza, porque ponen el corazón en las cosas terrenas. 20 Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo, 21 el cual transformará nuestro cuerpo vil en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas. 4,1 Por tanto, hermanos míos muy queridos y añorados, mi gozo y mi corona, ¡permaneced así, queridísimos míos, firmes en el Señor! Comentario a Filipenses 3,17-4,1 La imitación de los sant...

La Alianza con Abrahán (Gn 15,5-12.17-18)

2º domingo de Cuaresma – C. 1ª lectura 5 Entonces le llevó afuera y le dijo: —Mira al cielo y cuenta, si puedes, las estrellas. Y añadió: —Así será tu descendencia. 6 Abrán creyó en el Señor, quien se lo contó como justicia. 7 Después le dijo: —Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los Caldeos para darte esta tierra en posesión. 8 Abrán contestó: —¡Mi Señor Dios! ¿Cómo conoceré que voy a poseerla? 9 Le respondió: —Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón. 10 Abrán los trajo, los partió por medio y puso cada mitad enfrente de la otra; pero no partió las aves. 11 Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrán los ahuyentaba. 12 Cuando estaba poni...

Las tentaciones de Jesús (Lc 4,1-13)

1º domingo de Cuaresma –C. Evangelio 1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, 2 donde estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada en estos días, y al final sintió hambre. 3 Entonces le dijo el diablo: —Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan. 4 Y Jesús le respondió: —Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre. 5 Después el diablo lo llevó a un lugar elevado y le mostró todos los reinos de la superficie de la tierra en un instante 6 y le dijo: —Te daré todo este poder y su gloria, porque me han sido entregados y los doy a quien quiero. 7 Por tanto, si me adoras, todo será tuyo. 8 Y Jesús le respondió: —Escrito está: Adorarás al Señor tu Dios y solamente a Él darás culto. 9 Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso sobre el pináculo del Templo 10 y le dijo: —Si eres Hijo de Dios, arrójate de aquí abajo, porque escrito está: Dará órdenes a sus ángeles sobre ti para que ...

La fe en el corazón (Rm 10,8-13)

1º domingo de Cuaresma – C. 2ª lectura 8 ¿Qué dice la Escritura? «Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón». Se refiere a la palabra de la fe que predicamos. 9 Porque si confiesas con tu boca: «Jesús es Señor», y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, te salvarás. 10 Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa la fe para la salvación. 11 Ya que la Escritura dice: «Todo el que cree en él no quedará confundido». 12 Pues no hay distinción entre judío y griego; porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que le invocan. 13 « Porque todo el que invoque el nombre del Señor se salvará». Comentario a Romanos 10,8-13 Este texto muestra que es necesario aceptar internamente la divinidad de Jesucristo, y p...

El “credo histórico” de Israel (Dt 26,4-10)

1º domingo de Cuaresma – C. 1ª lectura 4 El sacerdote tomará la cesta de tu mano y la colocará ante el altar del Señor, tu Dios. 5 Tú continuarás diciendo ante el Señor, tu Dios: — Mi padre era un arameo errante, que bajó a Egipto, donde moró con unos pocos hombres; pero llegó a ser allí una nación grande, fuerte y numerosa. 6 Luego los egipcios nos maltrataron, nos humillaron y nos impusieron una servidumbre durísima. 7 Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres. El Señor oyó nuestro clamor y se fijó en nuestra miseria, nuestra fatiga y nuestra opresión. 8 Y el Señor nos sacó de Egipto con mano poderosa y brazo extendido, en medio de gran terror, señales y prodigios. 9 Y nos condujo a este lugar y nos ha dado esta tierra, una tierra que mana leche y miel. 10 Así que ahora he traído las primicias de lo...

Miércoles de ceniza

  Homilía Miércoles de Ceniza Ya está aquí el miércoles de ceniza. Comenzamos la Cuaresma, un tiempo propicio para que, con la ayuda de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, renovemos nuestro camino de fe y redescubramos la alegría de vivir siguiendo los pasos de Jesús. Tenemos por delante un camino marcado por la oración y el compartir, por el silencio y el ayuno, en espera de vivir la alegría de la Pascua. Convertíos al Señor Ese día, en la primera lectura, un texto del profeta Joel que nos llama a la conversión: «Ahora –oráculo del Señor– convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras; convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas» (Jl 2,12-13) Son palabras pronunciadas por el profeta cuando Judá se encontraba sumida en una crisis profunda. Su territorio estaba desolado. Había pasado una plaga de saltamontes, que ha...

De lo que rebosa el corazón, habla la boca (Lc 6,39-45)

8º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 39 Les dijo también una parábola: — ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 40 No está el discípulo por encima del maestro; todo aquel que esté bien instruido podrá ser como su maestro. 41 ¿Por qué te fijas en la mota del ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: «Hermano, deja que saque la mota que hay en tu ojo», no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita: saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad cómo sacar la mota del ojo de tu hermano. 43 Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo, ni tampoco árbol malo que dé buen fruto. 44 Pues cada árbol se conoce por su fruto; no se recogen higos de los espinos, ni se vendimian ...

Dios nos da la victoria sobre la muerte por medio de Jesucristo (1 Co 15,54-58)

8º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura Y cuando este cuerpo corruptible se haya revestido de incorruptibilidad, y este cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: La muerte ha sido absorbida en la victoria. 55 ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? 56 El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la ley. 57 Pero demos gracias a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo. 58 Por tanto, amados hermanos míos, manteneos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, sabiendo que en el Señor vuestro trabajo no es vano. Comentario a 1 Corintios 15,54 Poco antes, San Pablo ha afirmado que «No todos moriremos, pero todos seremos transformados» (v. 51). Con lenguaje apocalíptico (sonido de la trompeta, uso de la pri...

No elogies a nadie antes de que hable (Si 27,4-7)

8º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 4 Cuando se agita la criba, quedan las granzas, igual que los defectos cuando un hombre parlotea. 5 El horno prueba los vasos del alfarero, y la prueba del hombre está en su conversación. 6 El fruto muestra cómo se cultivó un árbol, así, la palabra, los pensamientos del corazón humano. 7 No alabes a un hombre antes de que hable, porque ésa es la prueba de los hombres. Comentario a Eclesiástico 27,4-7 Como en otras ocasiones, los proverbios recogidos en este capítulo, de los que estos cuatro son una muestra, reflejan muchas veces la sabiduría popular y así se invita a obrar no fiado sólo en el momento presente o guiado por un análisis superficial, pues las consecuencias de los actos pueden volverse contra uno (cfr por ejemplo 27,28 - 33). Sin embargo, el motivo profundo que guía a Sirácida es religioso: s...

Sed misericordiosos (Lc 6,27-38)

7º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 27 Pero a vosotros que me escucháis os digo: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian; 28 bendecid a los que os maldicen y rogad por los que os calumnian. 29 Al que te pegue en una mejilla ofrécele también la otra, y al que te quite el manto no le niegues tampoco la túnica. 30 Da a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. 31 Como queráis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo de igual manera con ellos. 32 Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis?, pues también los pecadores aman a quienes les aman. 33 Y si hacéis el bien a quienes os hacen el bien, ¿qué mérito tendréis?, pues también los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tendréis?, pues también...

El hombre terreno y el hombre celestial (1 Co 15,45-49)

7º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura Así está escrito: El primer hombre, Adán, fue hecho ser vivo; el último Adán, espíritu que da vida. 46 Pero no es primero lo espiritual, sino lo natural; después lo espiritual. 47 El primer hombre, sacado de la tierra, es terreno; el segundo hombre es del cielo. 48 Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el celestial, así son los celestiales. 49 Y como hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del hombre celestial. Comentario a 1 Corintios 15,45-49 Para exponer cómo tendrá lugar la resurrección de los muertos, el Apóstol utiliza comparaciones tomadas del reino vegetal, animal y mineral, para que pueda entenderse mejor (vv. 36-41). «Este “cómo ocurrirá la resurrección” sobrepasa nuestra imaginación y nuestro entendimiento; ...

La misericordia de David (1S 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23)

7º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 2 Se levantó Saúl y bajó al desierto de Zif acompañado de tres mil hombres selectos de Israel para buscar a David en el desierto de Zif. 7 David y Abisay llegaron donde la tropa de noche y encontraron a Saúl acostado, durmiendo en el centro del campamento con su lanza a su cabecera clavada en tierra. Abner y la tropa estaban acostados a su alrededor. 8 Abisay dijo a David: — Dios pone hoy a tu enemigo en tus manos. Déjame ahora clavarle en tierra con su lanza. No necesitaré repetir el golpe. 9 Pero David dijo a Abisay: — No lo mates. ¿Quién alzó su mano contra el ungido del Señor y quedó impune? 12 Tomó, pues, David la lanza y el jarro de agua que estaba a la cabecera de Saúl y se fueron. No hubo nadie que los viera o que se diera cuenta y los despertara; todos dormían porque el Señor hab...