10º domingo del Tiempo ordinario – B. Evangelio 20 Entonces llegó a casa; y se volvió a juntar la muchedumbre, de manera que no podían ni siquiera comer. 21 Se enteraron sus parientes y fueron a llevárselo porque decían que había perdido el juicio. 22 Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: —Tiene a Beelzebul, y expulsa los demonios por el príncipe de los demonios. 23 Y convocándolos les decía con parábolas: —¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? 24 Si un reino está dividido en su interior, ese reino no puede sostenerse; 25 y si una casa está dividida en su interior, esa casa no podrá sostenerse. 26 Y si Satanás se levanta contra sí mismo, entonces se encuentra dividido y no puede sostenerse, sino que ha llegado su fin. 27 Pues nadie puede entrar en la casa de uno que es fuerte y arrebatarle sus bienes, si antes no ata al que es fuerte. Sólo entonces podrá arrebatarle su casa. 28 »En verdad os digo que todo se les perdonará a los hijos de los hombres: lo...