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Mostrando entradas de 2018

Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego (Lc 3,10-18)

3º domingo de Adviento – C. Evangelio 10 Las muchedumbres le preguntaban [a Juan]: —Entonces, ¿qué debemos hacer? 11 Él les contestaba: —El que tiene dos túnicas, que le dé al que no tiene; y el que tiene alimentos, que haga lo mismo. 12 Llegaron también unos publicanos para bautizarse y le dijeron: —Maestro, ¿qué debemos hacer? 13 Y él les contestó: —No exijáis más de lo que se os ha señalado. 14 Asimismo le preguntaban los soldados: —Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer? Y les dijo: —No hagáis extorsión a nadie, ni denunciéis con falsedad, y contentaos con vuestras pagas. 15 Como el pueblo estaba expectante y todos se preguntaban en su interior si acaso Juan no sería el Cristo, 16 Juan salió al paso diciéndoles a todos: —Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo, a quien no soy digno de desatarle la correa de las sandalias: él os bautizará en el Espíritu Santo y en fuego. 17 Él tiene el bieldo en su mano, para limpiar su era y recoge

El Reino de Cristo, reino de verdad y vida (Jn 18,33-37)

Solemnidad de Jesucristo Rey del universo – B. Evangelio 33 Pilato entró de nuevo en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo: —¿Eres tú el Rey de los judíos? 34 Jesús contestó: —¿Dices esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? 35 —¿Acaso soy yo judío? —respondió Pilato—. Tu gente y los príncipes de los sacerdotes te han entregado a mí: ¿qué has hecho? 36 Jesús respondió: —Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores lucharían para que no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. 37 Pilato le dijo: —¿O sea, que tú eres Rey? Jesús contestó: —Tú lo dices: yo soy Rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo el que es de la verdad escucha mi voz. Ante el sumo pontífice la acusación contra Jesús había sido religiosa (ser Hijo de Dios, cfr Mt 26,57-68). Ahora ante Pilato es de carácter político. Con ella quieren comprometer la autoridad del Imperio romano: Jesú

Nos ha hecho estirpe real (Ap 1,5-8)

Solemnidad de Jesucristo Rey del universo – B. 2ª lectura 5 Jesucristo, el testigo fiel, primogénito de los muertos y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados con su sangre 6 y nos ha hecho estirpe real, sacerdotes para su Dios y Padre: a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. 7 Mirad, viene rodeado de nubes y todos los ojos le verán, incluso los que le traspasaron, y se lamentarán por él todas las tribus de la tierra. Sí. Amén. 8 Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, aquel que es, que era y que va a venir, el Todopoderoso. En el v. 5 se aplican a Jesucristo tres títulos mesiánicos tomados del Sal 89,28-38, pero con un sentido nuevo a la luz de la fe cristiana: 1º) Jesucristo «es el testigo fiel» porque Dios ha cumplido las promesas hechas en el Antiguo Testamento de un Salvador, hijo de David (cfr 2 S 7,12-14; Ap 5,5), ya que, efectivamente, con Cristo ha llegado la salvación. Por eso, más adelante S

Nacimiento de Juan (Lc 1,57-66.80)

Solemnidad de San Juan Bautista – B. Evangelio 57 Entretanto le llegó a Isabel el tiempo del parto, y dio a luz un hijo. 58 Y sus vecinos y parientes oyeron la gran misericordia que el Señor le había mostrado y se congratulaban con ella. 59 El día octavo fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero su madre dijo: —De ninguna manera, sino que se llamará Juan. 61 Y le dijeron: —No hay nadie en tu familia que tenga este nombre. 62 Al mismo tiempo preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. 63 Y él, pidiendo una tablilla, escribió: «Juan es su nombre». Lo cual llenó a todos de admiración. 64 En aquel momento recobró el habla, se soltó su lengua y hablaba bendiciendo a Dios. 65 Y se apoderó de todos sus vecinos el temor y se comentaban estos acontecimientos por toda la montaña de Judea; 66 y cuantos los oían los grababan en su corazón, diciendo: —¿Qué va a ser, entonces, este niño? Porque la mano del Señor est

Antes de que llegara Cristo, Juan predicó (Hch 13,22-26)

Solemnidad de San Juan Bautista – B. 2ª lectura En aquellos días Pablo dijo: 22 Dios les suscitó como rey a David, a quien acreditó diciendo: Encontré a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, que hará en todo mi voluntad. 23 De su descendencia, Dios, según la promesa, hizo surgir para Israel un Salvador, Jesús. 24 Juan había predicado, ante la proximidad de su venida, un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel. 25 Cuando estaba Juan para terminar su carrera decía: «¿Quién pensáis que soy? No soy yo, sino mirad que detrás de mí viene uno a quien no soy digno de desatar el calzado de los pies». 26 Hermanos, hijos de Abrahán y los que entre vosotros sois temerosos de Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de Salvación. El discurso de Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia nos informa admirablemente sobre su manera de presentar el Evangelio a una congregación de judíos y prosélitos. Describe un cuadro general de la historia de la salvación, donde f

Luz de las naciones (Is 49,1-6))

Solemnidad de San Juan Bautista – B. 1ª lectura 1 ¡Escuchadme, islas! ¡Poned atención, pueblos lejanos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mi madre pronunció mi nombre. 2 Hizo de mi boca espada afilada, a la sombra de su mano me encubrió; hizo de mí una flecha aguzada, y me guardó en su aljaba. 3 Y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel, en quien me glorío». 4 Yo me decía: «En balde me he fatigado, inútilmente y en vano he gastado mi fuerza. Sin embargo, mi juicio pertenece al Señor, y mi recompensa está en mi Dios». 5 Ahora dice el Señor, el que me formó desde el seno materno para ser su siervo, para hacer que Jacob volviese a Él y para reunirle a Israel, pues soy estimado a los ojos del Señor y mi Dios ha venido a ser mi fortaleza: 6 «Muy poco es que seas siervo mío para restaurar las tribus de Jacob y hacer volver a los supervivientes de Israel. Te he puesto para ser luz de las naciones, para que mi sal

El Espíritu de la verdad (Jn 15, 26-27; 16, 12-15)

Pentecostés – B. Evangelio 15,26 Cuando venga el Paráclito que yo os enviaré de parte del Padre, el Espíritu de la verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí. 27 También vosotros daréis testimonio, porque desde el principio estáis conmigo. 16,12 Todavía tengo que deciros muchas cosas, pero no podéis sobrellevarlas ahora. 13 Cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad, pues no hablará por sí mismo, sino que dirá todo lo que oiga y os anunciará lo que va a venir. 14 Él me glorificará porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso dije: Recibe de lo mío y os lo anunciará. Jesús habla del Paráclito tres veces en el Sermón de la Cena. En la primera (14,15ss.), afirma que será otro Consolador enviado por el Padre para que esté siempre con ellos; en la segunda (15,26), dice que el Padre enviará en su nombre el Espíritu de la verdad que les enseñará todo; en la tercera (16,1-15), anuncia que el fru

Jesús, después de hablarles, se elevó al cielo (Mc 16,15-20)

Ascensión del Señor – B. Evangelio En aquel tiempo se apareció Jesús a los once 15 y   les dijo: —Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura. 16 El que crea y sea bautizado se salvará; pero el que no crea se condenará. 17 A los que crean acompañarán estos milagros: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán lenguas nuevas, 18 agarrarán serpientes con las manos y, si bebieran algún veneno, no les dañará; impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán curados. 19 El Señor, Jesús, después de hablarles, se elevó al cielo y está sentado a la derecha de Dios. 20 Y ellos, partiendo de allí, predicaron por todas partes, y el Señor cooperaba y confirmaba la palabra con los milagros que la acompañaban. El segundo evangelio finaliza con un apretado sumario sobre las apariciones del resucitado. Estos versículos tienen un estilo distinto del resto del evangelio y faltan en algunos manuscritos. Con todo, ya sea que Marcos siguió de cerca un documento, ya sea un añ

El cordero pascual (Ex 12,1-8.11-14)

Jueves Santo. Cena del Señor – 1ª lectura 1 El Señor habló a Moisés y a Aarón en el país de Egipto, diciendo: 2 —Este mes será para vosotros el comienzo de los meses; será el primero de los meses del año. 3 Hablad a toda la comunidad de Israel diciendo: «El día diez de este mes tomará cada uno un cordero por familia, uno por casa. 4 Si la familia es demasiado pequeña para consumirlo, se unirá con su vecino más próximo hasta completar el número de personas suficiente para comer la res entera. 5 Ha de ser un animal sin defecto, macho, de un año, escogido de entre los corderos o cabritos. 6 Lo guardaréis hasta el día catorce de este mes y toda la asamblea de la comunidad de Israel lo inmolará entre dos luces. 7 Luego tomarán la sangre y untarán las dos jambas y el dintel de las casas donde se va a comer. 8 Comerán la carne esa misma noche; la comerán asada al fuego, con panes ácimos y hierbas amargas. 11 »Lo habéis de comer así: ceñidas vuestras cinturas, las sandalias en los pies,

Entrada del Mesías en Jerusalén (Mc 11,1-10)

Domingo de Ramos. Procesión – B 1 Al acercarse a Jerusalén, a Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos 2 y les dijo: —Id a la aldea que tenéis enfrente y nada más entrar en ella encontraréis un borrico atado, en el que todavía no ha montado nadie; desatadlo y traedlo. 3 Y si alguien os dice: «¿Por qué hacéis eso?», respondedle: «El Señor lo necesita y enseguida lo devolverá aquí». 4 Se marcharon y encontraron un borrico atado junto a una puerta, fuera, en un cruce de caminos, y lo desataron. 5 Algunos de los que estaban allí les decían: —¿Qué hacéis desatando el borrico? 6 Ellos les respondieron como Jesús les había dicho, y se lo permitieron. 7 Entonces llevaron el borrico a Jesús, echaron encima sus mantos, y se montó sobre él. 8 Muchos extendieron sus mantos en el camino, otros el ramaje que cortaban de los campos. 9 Los que iban delante y los que seguían detrás gritaban: —¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí (Jn 12,20-33)

5º domingo de Cuaresma –B. Evangelio 20 Entre los que subieron a adorar a Dios en la fiesta había algunos griegos. 21 Así que éstos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y comenzaron a rogarle: —Señor, queremos ver a Jesús. 22 Vino Felipe y se lo dijo a Andrés, y Andrés y Felipe fueron y se lo dijeron a Jesús. 23 Jesús les contestó: —Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. 24 En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no muere al caer en tierra, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto. 25 El que ama su vida la perderá, y el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna. 26 Si alguien me sirve, que me siga, y donde yo estoy allí estará también mi servidor. Si alguien me sirve, el Padre le honrará. 27 »Ahora mi alma está turbada; y ¿qué voy a decir?: «¿Padre, líbrame de esta hora?» ¡Pero si para esto he venido a esta hora! 28 ¡Padre, glorifica tu nombre! Entonces vino una voz del cielo: —Lo he