Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Amós

No soy profeta ni hijo de profeta (Am 7,12-15)

15º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura 12 Amasías le dijo a Amós: —Márchate, vidente. Huye a la tierra de Judá. Come allí tu pan y profetiza allí. 13 Pero no sigas profetizando en Betel, porque es santuario real y templo del reino. 14 Amós respondió a Amasías: —Yo no soy profeta, ni hijo de profeta; sino ganadero y cultivador de sicomoros. 15 El Señor me tomó de detrás del rebaño; el Señor me mandó: «Vete, profetiza a mi pueblo Israel». Comentario a Amós 7,12-15 El sacerdote Amasías, secuaz del rey Jeroboam, ve en Amós un profeta peligroso para el orden establecido en el reino del Norte: no le interesa entender el mensaje de Amós, que es una denuncia de las injusticias y falsedades en las que Amasías está implicado. Amasías denomina a Amós «vidente», u...

Falsa seguridad de las riquezas (Am 6,1a.4-7)

26º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 1a ¡Ay de los que viven tranquilos en Sión y confían en la montaña de Samaría! 4 los que se acuestan en lechos de marfil, se echan en divanes, comen corderos del rebaño y terneros del establo, 5 los que canturrean al son del arpa, y se inventan, ¡como si fueran David!, instrumentos de música, 6 los que beben vino en cálices, y se ungen con los primeros ungüentos, pero no se afligen por la ruina de José. 7 Por eso, ahora irán al cautiverio los primeros entre los cautivos, y se acabará la orgía de los corruptos. Con este «¡Ay!» (v. 1) comienza la última sección de la segunda parte del libro de Amós. En ella se pueden distinguir dos fragmentos distintos, pero que coinciden en el motivo del reproche: la riqueza y el orgullo. El primero, que es el que leemos este domingo (vv. 1-7), es un reproche a los que viven de modo inconsciente (vv. 4-6), tanto en Sión como en Samaría (v. 1), poniendo su confianza en la...

Denuncia de los explotadores (Am 8,4-7)

25º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 4 Escuchad esto, los que explotáis al pobre para acabar con los humildes del país; 5 los que decís: «¿Cuándo pasará la luna nueva para que vendamos el grano; y el sábado, para que abramos el mercado del trigo, achicando las medidas, aumentando el precio, pesando con balanzas falsas, 6 comprando al desvalido por dinero, y al pobre por un par de sandalias, y vendamos hasta el salvado?». 7 El Señor ha jurado por la soberbia de Jacob: ¡No olvidaré jamás ninguna de sus obras! La cuarta visión de Amós, la de las frutas maduras, que precede inmediatamente a este texto (vv. 1-3), introduce esta denuncia de injusticias (vv. 4-8) y abre el camino a una nueva descripción del «día del Señor» (vv. 9-14). Las tres cosas están muy relacionadas. En la visión, el profeta juega con los términos «frutas maduras», qaytz , y «fin», qetz (cfr v. 2). Indica así que el proceso de corrupción de Israel (vv. 4-8) ha llegado a su tér...