26º domingo del Tiempo ordinario – A . Evangelio 28 ¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos; dirigiéndose al primero, le mandó: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña». 29 Pero él le contestó: «No quiero». Sin embargo se arrepintió después y fue. 30 Se dirigió entonces al segundo y le dijo lo mismo. Éste le respondió: «Voy, señor»; pero no fue. 31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? —El primero —dijeron ellos. Jesús prosiguió: —En verdad os digo que los publicanos y las meretrices van a estar por delante de vosotros en el Reino de Dios. 32 Porque vino Juan a vosotros con un camino de justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y las meretrices le creyeron. Pero vosotros, ni siquiera viendo esto os arrepentisteis después para poder creerle. La parábola de los dos hijos sólo viene recogida en Mateo y subraya la necesidad de la conversión (v. 32): Israel es como el hijo que dijo «sí» a Dios pero luego no creyó y no dio frutos (cfr v. 30), como los fariseos