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Mostrando las entradas etiquetadas como Justicia

Dios escogió a los pobres del mundo (St 2,1-5)

23º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 1 Hermanos míos, no intentéis conciliar la fe en nuestro Señor Jesucristo, glorioso, con la acepción de personas. 2 Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con anillo de oro y vestido espléndido, y entra también un pobre mal vestido. 3 Y os fijáis en el que lleva el vestido espléndido y le decís: «Tú, siéntate aquí, en buen sitio»; y, en cambio, al pobre le decís: «Tú, quédate ahí», o «siéntate en el suelo, a mis pies». 4 ¿No estáis haciendo entonces distinciones entre vosotros y juzgando con criterios perversos? 5 Escuchad, hermanos míos queridísimos: ¿acaso no escogió Dios a los pobres según el mundo, para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que prometió a los que le aman? Comentario a Sa...

Les daré alegría en mi casa de oración (Is 56,1.6-7)

20º domingo del Tiempo ordinario – A . 1ª lectura 1 Esto dice el Señor: «Guardad el derecho y practicad la justicia, que pronto va a llegar mi salvación y a revelarse mi justicia». 6 A los hijos del extranjero que se adhieran al Señor para servirlo y amar el Nombre del Señor, para serle sus siervos, y a cuantos guarden el sábado sin profanarlo, y mantengan mi alianza, 7 les haré entrar en mi monte santo, les daré alegría en mi casa de oración: sus holocaustos y sus sacrificios me serán gratos sobre mi altar, porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos». Comienza aquí la tercera parte del libro de Isaías, llamada también «Tercer Isaías» o «Trito­isaías». Está compuesta por visiones proféticas y oráculos sobre la nueva Sión y las naciones de la tierra. La primera sección (Is 56,1-59,21) recoge un conjunto de oráculos que abre ya perspectivas de salvación de alcance universal, aunque su llegada experimenta retrasos a causa de los...

El administrador infiel (Lc 16,1-13)

25º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 1 Decía también a los discípulos: —Había un hombre rico que tenía un administrador, al que acusaron ante el amo de malversar la hacienda. 2 Le llamó y le dijo: «¿Qué es esto que oigo de ti? Dame cuentas de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando». 3 Y dijo para sí el administrador: «¿Qué voy a hacer, ya que mi señor me quita la administración? Cavar no puedo; mendigar me da vergüenza. 4 Ya sé lo que haré para que me reciban en sus casas cuando me despidan de la administración». 5 Y, convocando uno a uno a los deudores de su amo, le dijo al primero: «¿Cuánto debes a mi señor?» 6 Él respondió: «Cien medidas de aceite». Y le dijo: «Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta». 7 Después le dijo a otro: «¿Y tú cuánto debes?» Él respondió: «Cien cargas de trigo». Y le dijo: «Toma tu recibo y escribe ochenta». 8 El amo alabó al administrador infiel por haber actuado sagazmente; porque los hijos de este mundo ...

Denuncia de los explotadores (Am 8,4-7)

25º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 4 Escuchad esto, los que explotáis al pobre para acabar con los humildes del país; 5 los que decís: «¿Cuándo pasará la luna nueva para que vendamos el grano; y el sábado, para que abramos el mercado del trigo, achicando las medidas, aumentando el precio, pesando con balanzas falsas, 6 comprando al desvalido por dinero, y al pobre por un par de sandalias, y vendamos hasta el salvado?». 7 El Señor ha jurado por la soberbia de Jacob: ¡No olvidaré jamás ninguna de sus obras! La cuarta visión de Amós, la de las frutas maduras, que precede inmediatamente a este texto (vv. 1-3), introduce esta denuncia de injusticias (vv. 4-8) y abre el camino a una nueva descripción del «día del Señor» (vv. 9-14). Las tres cosas están muy relacionadas. En la visión, el profeta juega con los términos «frutas maduras», qaytz , y «fin», qetz (cfr v. 2). Indica así que el proceso de corrupción de Israel (vv. 4-8) ha llegado a su tér...

Buscad primero el Reino de Dios y su justicia (Mt 6,24-34)

8º domingo del Tiempo ordinario – A . Evangelio 24 Nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión a uno y amor al otro, o prestará su adhesión al primero y menospreciará al segundo: no podéis servir a Dios y a las riquezas. 25 Por eso os digo: no estéis preocupados por vuestra vida: qué vais a comer; o por vuestro cuerpo: con qué os vais a vestir. ¿Es que no vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo: no siembran, ni siegan, ni almacenan en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿Es que no valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Quién de vosotros, por mucho que cavile, puede añadir un solo codo a su estatura? 28 Y sobre el vestir, ¿por qué os preocupáis? Fijaos en los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan ni hilan, 29 y yo os digo que ni Salomón en toda su gloria pudo vestirse como uno de ellos. 30 Y si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios la viste así, ¿cuánto más a vo...