3º domingo de Cuaresma – A. 1ª lectura 3 El pueblo estaba sediento y murmuró contra Moisés: —¿Por qué nos has sacado de Egipto para dejarnos morir de sed, a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? 4 Moisés clamó al Señor diciendo: —¿Qué puedo hacer con este pueblo? Casi llegan a apedrearme. 5 Respondió el Señor a Moisés: —Pasa delante del pueblo acompañado de algunos ancianos de Israel, lleva en tu mano el bastón con que golpeaste el Nilo y emprende la marcha. 6 Yo estaré junto a ti sobre la roca en el Horeb; golpearás la roca y saldrá agua para que beba el pueblo. Lo hizo así Moisés a la vista de los ancianos de Israel. 7 Y llamó a aquel lugar Masá y Meribá por la querella de los hijos de Israel y por haber tentado al Señor diciendo: «¿Está el Señor entre nosotros, o no?» La dureza de la vida del desierto, cuyo máximo exponente es el hambre y la sed, se presta a nuevas intervenciones divinas, cargadas de sentido teológico. El prodigio del maná, que estaba p...