14º domingo del Tiempo ordinario – A . 1ª lectura 9 Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, hija de Jerusalén, mira, tu rey viene hacia ti, es justo y salvador, montado sobre un asno, sobre un borrico, cría de asna. 10 Destrozará los carros de Efraím, los caballos de Jerusalén; serán rotos los arcos de guerra, anunciará la paz a las naciones y su dominio se extenderá de mar a mar y desde el Río hasta los confines de la tierra. El profeta habla ahora directamente a Jerusalén («hija de Sión») y a sus habitantes («hija de Jerusalén») como representantes de todo el pueblo elegido. La invitación a regocijarse y cantar de júbilo es frecuente en el Antiguo Testamento para celebrar la llegada de los tiempos mesiánicos (cfr Is 12,6; 54,1; So 3,14); aquí porque llega a Jerusalén su rey. Aunque no se dice expresamente, se entiende que es el descendiente de David, haciéndose eco de 2 S 7,12-16; Is 7,14. Este rey se distingue por lo que es y por lo que hace. El térm...