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Mostrando las entradas etiquetadas como 1 Tesalonicenses

Que se confirmen vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios (1 Ts 3,12–4,2)

1º domingo de Adviento – C. 2ª lectura 12 Que el Señor os colme y os haga rebosar en la caridad de unos con otros y en la caridad hacia todos, como es la nuestra hacia vosotros, 13 para que se confirmen vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, el día de la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. Amén. 4,1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús a que, conforme aprendisteis de nosotros sobre el modo de comportaros y de agradar al Señor, y tal como ya estáis haciendo, progreséis cada vez más. 2 Pues conocéis los preceptos que os dimos de parte del Señor Jesús. Comentario a 1 Tesalonicenses 3,12-4,2 Como no se sabe cuándo sucederá la Parusía (cfr 1 Ts 5,2), la actitud del cristiano debe ser la de llevar una vida digna de Cristo, en la que por encima de todo prevalezca la car...

Estad siempre alegres (1 Ts 5,16-24)

3º domingo de Adviento – B. 2ª lectura 16 Estad siempre alegres. 17 Orad sin cesar. 18 Dad gracias por todo, porque eso es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús. 19 No extingáis el Espíritu, 20 ni despreciéis las profecías; 21 sino examinad todas las cosas, retened lo bueno 22 y apartaos de toda clase de mal. 23 Que Él, Dios de la paz, os santifique plenamente, y que vuestro ser entero —espíritu, alma y cuerpo— se mantenga sin mancha hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. 24 El que os llama es fiel, y por eso lo cumplirá. Comentario a 1 Ts 5,16-24 San Pablo acaba de exhortar a todos los cristianos a manifestar con obras la caridad fraterna (vv. 14-15). Como consecuencia encontrarán la paz con Dios y con los demás que llena al hombre de gozo y serenidad (v. 16). Entonces, incluso las mayores penas y dolores llevados con visión de fe no quitan la alegría: «Si nos sentimos hijos predilectos de nuestro Padre de los Cielos, ¡que eso somos!, ¿cómo no vamos a estar ale...

Estemos vigilantes (1 Ts 5,1-6)

33º domingo del Tiempo ordinario – A . 2ª lectura 1 Sobre el tiempo y el momento, hermanos, no necesitáis que os escriba, 2 porque vosotros mismos sabéis muy bien que el día del Señor vendrá como un ladrón en la noche. 3 Así pues, cuando clamen: «Paz y seguridad», entonces, de repente, se precipitará sobre ellos la ruina —como los dolores de parto de la que está encinta—, sin que puedan escapar. 4 Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, de modo que ese día os sorprenda como un ladrón; 5 pues todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. Nosotros no somos de la noche ni de las tinieblas. 6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos en vela y mantengámonos sobrios. «El día del Señor» es una fór­mula que aparece varias veces en la Sagrada Escritura referida a ese momento en el que Dios intervendrá de modo decisivo e inapelable. Según San Pablo y otros escritos del Nuevo Testamento es el día del Juicio Universal, cuando Cristo aparecerá en plenitud de gloria...

La resurrección de los muertos (1 Ts 4,13-18)

32º domingo del Tiempo ordinario – A . 2ª lectura 13 No queremos, hermanos, que ignoréis lo que se refiere a los que han muerto, para que no os entristezcáis como esos otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de igual manera también Dios, por medio de Jesús, reunirá con Él a los que murieron. 15 Así pues, como palabra del Señor, os transmitimos lo siguiente: nosotros, los que vivamos, los que quedemos hasta la venida del Señor, no nos anticiparemos a los que hayan muerto; 16 porque, cuando la voz del arcángel y la trompeta de Dios den la señal, el Señor mismo descenderá del cielo, y resucitarán en primer lugar los que murieron en Cristo; 17 después, nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados a las nubes junto con ellos al encuentro del Señor en los aires, de modo que, en adelante estemos siempre con el Señor. 18 Por tanto, animaos mutuamente con estas palabras. «Los que han muerto» (v. 13). Literalmente, «los que duerme...

Como una madre da alimento y calor (1 Ts 2,7b-9.13)

31º domingo del Tiempo ordinario – A . 2ª lectura 7b Como una madre que da alimento y calor a sus hijos, 8 así, movidos por nuestro amor, queríamos entregaros no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestras propias vidas, ¡tanto os llegamos a querer! 9 Pues recordáis, hermanos, nuestro esfuerzo y nuestra fatiga: trabajando día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el Evangelio de Dios. 13 Y por eso también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, cuando recibisteis la palabra que os predicamos, la acogisteis no como palabra humana, sino como lo que es en verdad: palabra divina, que actúa eficazmente en vosotros, los creyentes. La obra de la evangelización requiere amar a aquellos a quienes se dirige, pero no sólo con el afecto de un pedagogo, sino con el amor de un padre; o mejor aún, como el de una madre (vv. 7-12) que atiende todas las necesidades de su hijo, pero mira más allá del momento presente. Así el Apóstol cuida de los fieles q...

Imitadores del Señor (1 Ts 1,5c-10)

30º domingo del Tiempo ordinario – A . 2ª lectura 5c Bien sabéis cómo nos hemos comportado entre vosotros para vuestro provecho. 6 Ciertamente os hicisteis imitadores nuestros y del Señor, acogiendo la palabra con el gozo del Espíritu Santo, aun en medio de grandes tribulaciones; 7 hasta el punto de que os habéis convertido en modelo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya. 8 Porque a partir de vosotros se ha difundido la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y en Acaya, sino que por todas partes se ha propagado vuestra fe en Dios, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada. 9 Ellos mismos cuentan qué acogida nos dispensasteis y cómo os convertisteis a Dios abandonando los ídolos, para servir al Dios vivo y verdadero 10 y esperar a su Hijo desde los cielos —a quien resucitó de entre los muertos—, a Jesús, que nos libra de la ira venidera. En Tesalónica desarrollaba una gran actividad comercial, y la ciudad constituía un importante nudo de comunicaciones ...

Amados y elegidos de Dios (1 Ts 1,1-5b)

29º domingo del Tiempo ordinario – A . 2ª lectura 1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: la gracia y la paz estén con vosotros. 2 Damos continuamente gracias a Dios por todos vosotros, teniéndoos presentes en nuestras oraciones. 3 Sin cesar recordamos ante nuestro Dios y Padre vuestra fe operativa, vuestra caridad esforzada y vuestra constante esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 4 Sabemos, hermanos amados por Dios, que habéis sido elegidos; 5 porque nuestro evangelio no se os predicó sólo con palabras, sino con poder, con el Espíritu Santo y con plena convicción. Ésta es la carta más antigua (año 51-52) que se conserva de San Pablo. Tras saludar a la comunidad que él mismo había fundado, agradece a Dios el fruto de la evangelización y la fidelidad de aquellos cristianos (1,2-3,13). Más adelante, movido, al parecer, por el dolor de los fieles de Tesalónica ante la muerte de seres queridos, les exhorta a llevar...