Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Domingo de la misericordia

¡Señor mío y Dios mío! (Jn 20,19-31)

2º domingo de Pascua – B. Evangelio 19 Al atardecer de aquel día, el siguiente al sábado, con las puertas del lugar donde se habían reunido los discípulos cerradas por miedo a los judíos, vino Jesús, se presentó en medio de ellos y les dijo: —La paz esté con vosotros. 20 Y dicho esto les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. 21 Les repitió: —La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió, así os envío yo. 22 Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: —Recibid el Espíritu Santo; 23 a quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos. 24 Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25 Los otros discípulos le dijeron: —¡Hemos visto al Señor! Pe...

La victoria que ha vencido al mundo es nuestra fe (1 Jn 5,1-6)

2º domingo de Pascua – B. 2ª lectura 1 Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ése ha nacido de Dios; y todo el que ama a quien le engendró, ama también a quien ha sido engendrado por Él. 2 En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. 3 Porque el amor de Dios consiste precisamente en que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son costosos, 4 porque todo el que ha nacido de Dios, vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 6 Éste es el que vino por el agua y por la sangre: Jesucristo. No solamente con el agua, sino con el agua y con la sangre. Y es el Espíritu quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Comentario a 1 Juan 5,1-6 El bautizado, por la fe en Jesucristo, es hecho hijo de Dios. Como con...

Vida de los primeros cristianos (Hch 4,32-35)

2º domingo de Pascua – B. 1ª lectura 32 La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma, y nadie consideraba como suyo lo que poseía, sino que compartían todas las cosas. 33 Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús; y en todos ellos había abundancia de gracia. 34 No había entre ellos ningún necesitado, porque los que eran dueños de campos o casas los vendían, llevaban el precio de la venta 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; luego se repartía a cada uno según sus necesidades. Comentario a Hechos de los Apóstoles 4,32-35 En el primer sumario (cfr Hch 2,42-47), Lucas recordaba principalmente la oración de la primera iglesia; ahora, con otro sumario (vv. 32-35), insiste en la comunión de bienes; después (cfr 5,12-16), lo hará en los prodigios de los A...