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Mostrando las entradas etiquetadas como Amor

El mandamiento nuevo (Jn 13,31-33a.34-35)

Domingo 5º de Pascua – C. Evangelio 31 Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: —Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él. 32 Si Dios es glorificado en él, también Dios le glorificará a él en sí mismo; y pronto le glorificará. 33a Hijos, todavía estoy un poco con vosotros. 34 Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor unos a otros. Comentario a Juan 13,31-35 Los preceptos del Señor se resumen en uno solo: el Mandamiento Nuevo del amor (vv. 34-35). El precepto de la caridad compendia toda la ley de la Iglesia y es signo distintivo del cristiano: «Todos pueden signarse con la señal de la cruz de Cristo; todos pueden responder amén; todos pueden cantar aleluya; todos pu...

Amarás a tu prójimo como a ti mismo (Mc 12,28b-34)

31º domingo del Tiempo ordinario – B. Evangelio 28 Se acercó uno de los escribas, que había oído la discusión y, al ver lo bien que les había respondido, le preguntó: —¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? 29 Jesús respondió: —El primero es: Escucha, Israel, el Señor Dios nuestro es el único Señor; 30 y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. 31 El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. 32 Y le dijo el escriba: —¡Bien, Maestro! Con verdad has dicho que Dios es uno solo y no hay otro fuera de Él; 33 y amarle con todo el corazón y con toda la inteligencia y con toda la fuerza, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaust...

Caminad en el amor (Ef 4,30–5,2)

19º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura 30 Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios con el que habéis sido sellados para el día de la redención. 31 Que desaparezca de vosotros toda amargura, ira, indignación, griterío o blasfemia y cualquier clase de malicia. 32 Sed, por el contrario, benévolos unos con otros, compasivos, perdonándoos mutuamente como Dios os perdonó en Cristo. 5,1 Imitad, por tanto, a Dios, como hijos queridísimos, 2 y caminad en el amor, lo mismo que Cristo nos amó y se entregó por nosotros como oblación y ofrenda de suave olor ante Dios. Comentario a Efesios 4,30 - 5,2 Cuando Israel fue redimido de la esclavitud egipcia, la sangre del cordero pascual con la que habían sido rociadas las puertas de las casas israelitas fue la señal distintiva de quienes debían salvarse. De modo análogo, el sello del Espí...

Que os améis los unos a los otros (Jn 15,9-17)

6º domingo de Pascua – B. Evangelio 9 Como el Padre me amó, así os he amado yo. Permaneced en mi amor. 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 11 Os he dicho esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea completa. 12 Éste es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. 13 Nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando. 15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros, en cambio, os he llamado amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he hecho conocer. 16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. 17 Esto os mando: que os améis los unos a los otros. Comentario a...

Dios es amor (1 Jn 4,7-10)

6º domingo de Pascua – B. 2ª lectura 7 Queridísimos: amémonos unos a otros, porque el amor procede de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama no ha llegado a conocer a Dios, porque Dios es amor. 9 En esto se manifestó entre nosotros el amor de Dios: en que Dios envió a su Hijo Unigénito al mundo para que recibiéramos por él la vida. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados. Comentario a 1 Juan 4,7-10 El tema central de esta carta se resume en la expresión «Dios es amor» (v. 8). «Aunque nada más se dijera en alabanza del amor en todas las páginas de esta Epístola, aunque nada más se dijera en todas las páginas de la Sagrada Escritura, y únicamente oyéramos por boca ...

No amemos de palabra ni con la boca, sino con obras y de verdad (1 Jn 3,18-24)

5º domingo de Pascua – B. 2ª lectura 18 Hijos, no amemos de palabra ni con la boca, sino con obras y de verdad. 19 En esto conoceremos que somos de la verdad, y en su presencia tranquilizaremos nuestro corazón, 20 aunque el corazón nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestro corazón y conoce todo. 21 Queridísimos: si el corazón no nos acusa, tenemos plena confianza ante Dios 22 y recibiremos de Él cuanto pidamos, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que es grato a sus ojos. 23 Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, conforme al mandamiento que nos dio. 24 El que guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; y por esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado. Comentario a 1 Juan 3,18-24 El amor fraterno se debe manifestar con obras y de verdad (v. 18) y tiene como cons...

Amor a Dios y al prójimo (Mt 22,34-40)

30º domingo del Tiempo ordinario – A . Evangelio 34 Los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se pusieron de acuerdo, 35 y uno de ellos, doctor de la ley, le preguntó para tentarle: 36 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley ? 37 Él le respondió: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. 38 Éste es el mayor y el primer mandamiento. 39 El segundo es como éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas. Responde Jesús a una cuestión planteada por los fariseos, cuya preocupación principal era cumplir todos los mandamientos contenidos en las leyes mosaicas y que alcanzaban el número de 613. Jesús enseña que toda la Ley se condensa en los dos mandatos del amor (Dt 6,5; Lv 19,18). Toda la tradición evangélica es testigo de cómo Jesús vinculó el amor a Dios con el amor al prójimo. El relato de Mateo lo recoge de una manera singular: el escriba ...

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? (Rm 8,35.37-39)

18º domingo del Tiempo ordinario – A . 2ª lectura 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, o la persecución, o el hambre, o la desnudez, o el peligro, o la espada? 37 Pero en todas estas cosas vencemos con creces gracias a aquel que nos amó. 38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los principados, ni las cosas presentes, ni las futuras, ni las potestades, 39 ni la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, Señor nuestro. Estos versículos son como una recapitulación de lo expuesto en todo el capítulo. Expresan una de las declaraciones más elocuentes de Pablo: la fuerza omnipotente de Aquel que ama a la criatura humana, hasta el punto de entregar a la muerte a su propio Hijo Unigénito, hará que salgamos victoriosos de los ataques y padecimientos. Los cristianos, con tal de que queramos acoger los beneficios divinos, podemos tener la cer...

Amad a vuestros enemigos (Mt 5,38-48)

7º domingo del Tiempo ordinario – A . Evangelio 38 Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. 39 Pero yo os digo: no repliquéis al malvado; por el contrario, si alguien te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra. 40 Al que quiera entrar en pleito contigo para quitarte la túnica, déjale también el manto. 41 A quien te fuerce a andar una milla, vete con él dos. 42 A quien te pida, dale; y no rehúyas al que quiera de ti algo prestado. 43 Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persigan, 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos y pecadores. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen eso también los publicanos? 47 Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen eso también los paganos? 48 Por eso...

Corregir por amor (Lv 19,1-2.17-18)

7º domingo del Tiempo ordinario – A . 1ª lectura 1 Habló el Señor a Moisés y dijo:        2 —Habla a toda la comunidad de los hijos de Israel y diles: Sed santos, porque Yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. 17 No guardarás en tu corazón rencor contra tu hermano, sino que corregirás a tu prójimo para no hacerte culpable por su causa.  18 No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, el Señor. La santidad que se pide a los israelitas va más allá de lo meramente ritual. Como en Lv 20,26, se exhorta a dicha santidad por la razón suprema de que el Señor es Santo. Los vv. 2 («sed santos porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo»; cfr también 20,26) y 18 («Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, el Señor»; cfr también 19,33-34) condensan toda la ética del libro del Levítico y aun de toda la Ley de Dios. Así lo explicará después Jesucristo, según lo reporta Mt 22,34-40 (textos par...

¿Puede una mujer olvidarse de su niño? (Is 49,14-15)

8º domingo del Tiempo ordinario – A . 1ª lectura 14  Sión había dicho: «El Señor me ha abandonado, mi Señor me ha olvidado». 15 ¿Es que puede una mujer olvidarse de su niño de pecho, no compadecerse del hijo de sus entrañas? ¡Pues aunque ellas se olvidaran, Yo no te olvidaré! Esta bella exclamación forma parte de unos oráculos sobre Sión, la ciudad predilecta del Señor, adonde vendrán de toda la diáspora a habitar en ella. Será un auténtico milagro. Ante las quejas de los que piensan que esto será imposible porque parece que el Señor se ha olvidado de su pueblo, se replica de un modo incontestable. La imagen de la madre incapaz de olvidar a sus hijos (v. 15) es una de las más bellas y audaces de toda la Biblia para expresar el amor de Dios a su pueblo. Ha sido utilizada con frecuencia en textos ascéticos de todos los tiempos. Y así lo hace también Juan Pablo II al referirse al amor misericordioso que muestra Dios con los suyos, expresado en hebreo con el término...