2º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura
Comentario a Isaías 62,1-5
La ciudad nueva de Jerusalén es ahora mencionada expresamente e identificada con Sión (v. 1). Será exaltada en este nuevo himno puesto en boca del profeta, que juega poéticamente con los sobrenombres que recibe en el marco de la imagen esponsal tantas veces repetida en los profetas desde Oseas.
Estor primeros versos, dirigidos a la ciudad, van señalando la novedad de la situación que se espera al hilo de los apelativos que se le dan: ya nadie se sentirá desamparado ni solo, porque Dios ha mostrado con Jerusalén la ternura de un enamorado —la llama «Mi delicia»— y el amor eficaz de un esposo —«Desposada»— (v. 4). A continuación, los beneficios de esta alianza esponsal están reflejados, como en Oseas (cfr Os 2,11-15), en las metáforas de cosechas abundantes (vv. 8-9).
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