4º domingo de Cuaresma – C. 1ª lectura
Comentario a Josué 5,9-12
Una vez que han sido circuncidados los varones para poder celebrar la Pascua (vv. 1-9), tiene lugar la primera celebración de esta fiesta en la tierra prometida. Los israelitas pudieron emplear los cereales producidos en esa región para la elaboración de los panes ácimos y, desde ese momento en que ya eran capaces de alimentarse con la producción agrícola de la tierra, el maná, con el que Dios los había sostenido desde que comenzaron su peregrinación por el desierto, desapareció.
Dios no tuvo inconveniente en alimentar prodigiosamente a su pueblo durante años en el desierto cuando fue necesaria esa protección especial, al no ser posible encontrar allí lo necesario para la subsistencia. Sin embargo, en cuanto pueden alimentarse con los medios ordinarios, esforzándose en el cultivo de la tierra, Dios deja de prestar el auxilio extraordinario.
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