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Lecciones de la historia sagrada (1 Co 10,1-6.10-12)

3º domingo de Cuaresma – C. 2ª lectura

1 No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube, y todos atravesaron el mar, 2 y para unirse a Moisés todos fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5 Pero la mayoría de ellos no agradó a Dios, puesto que cayeron muertos en el desierto.
6 Estas cosas sucedieron como en figura para nosotros, para que no codiciemos lo malo como lo codiciaron ellos, 10 ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron a manos del exterminador. 11 Todas estas cosas les sucedían como en figura; y fueron escritas para escarmiento nuestro, para quienes ha llegado la plenitud de los tiempos. 12 Así pues, el que piense estar en pie, que tenga cuidado de no caer.

Comentario a 1 Corintios 10,1-12

El éxodo de los israelitas desde Egipto a la tierra prometida es fundamental en la historia de la salvación, y punto de referencia de la predilección divina. A pesar de los prodigios realizados por Dios con su pueblo durante ese tiempo, la mayoría de los israelitas murieron durante el trayecto por sus numerosas infidelidades.

San Pablo enseña con ello una lección: hay que desconfiar de las propias fuerzas, porque se puede ser infiel a Dios y recibir su reprobación: «Los beneficios de Dios a este pueblo [el hebreo] eran figura de los beneficios que debía concedernos un día por el Bautismo y la Eucaristía. Y los castigos son figura de los castigos reservados para nuestra ingratitud. El Apóstol nos lo recuerda con el deseo de que estemos más vigilantes» (S. Juan Crisóstomo, In 1 Corinthios 23, ad loc.).

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Himno a la caridad (1 Co 12,31—13,13)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad n...

Desde la eternidad fue formada la Sabiduría (Pr 8,22-31)

Santísima Trinidad – C. 1ª lectura 22 El Señor me tuvo al principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa alguna, desde antaño. 23 Desde la eternidad fui formada, desde el comienzo, antes que la tierra. 24 Cuando no existían los océanos fui dada a luz, cuando no había fuentes repletas de agua. 25 Antes que se asentaran los montes, antes que las colinas fui dada a luz. 26 Aún no había hecho la tierra ni los campos, ni el polvo primero del mundo. 27 Cuando asentaba los cielos, allí estaba yo, cuando fijaba un límite a la superficie del océano, 28 cuando sujetaba las nubes en lo alto, cuando consolidaba las fuentes del océano, 29 cuando ponía su límite al mar para que las aguas no lo traspasaran, cuando fijaba los cimientos de la tierra, 30 yo estaba proyectando junto a Él, lo deleitaba día a día, actuando ante Él en todo momento, 31 jugando con el orbe de la tierra, y me deleitaba con los hijos de Adán. Comentario a Proverbios 8,22-31 La Sabidurí...