Ir al contenido principal

Toma al niño y a su madre, y huye a Egipto (Mt 2,13-15.19-23)

Sagrada Familia - A. Evangelio
13 Cuando se marcharon, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo:
—Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.
14 Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y huyó a Egipto. 15 Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta:
De Egipto llamé a mi hijo.
19 Muerto Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto 20 y le dijo:
—Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel; porque han muerto ya los que atentaban contra la vida del niño.
21 Se levantó, tomó al niño y a su madre y vino a la tierra de Israel. 22 Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá; y avisado en sueños marchó a la región de Galilea. 23 Y se fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por medio de los Profetas: «Será llamado nazareno».
El evangelista relata los misterios de la vida de Cristo, mostrando su profundo significado. La huida de Jesús a Egipto y el regreso a la tierra de Israel indican que Jesús es semejante a Jacob (Gn 46,1-7), que bajó a Egipto, y al pueblo de Israel, que subió de Egipto (Ex 12,37-15,20). Jesús es el nuevo Israel y con Él comienza el nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia. También aquí se percibe un paralelismo de Jesús con Moisés, que fue providencialmente librado de la muerte cuando era niño (Ex 2,1-10) y que después fue el instrumento del Señor para la formación de su pueblo.
No sabemos cuánto tiempo permaneció la Sagrada Familia en Egipto. Mateo es el único que nos habla de ello, sin datos precisos. Herodes murió, probablemente, en marzo o abril del año 4 antes de la era cristiana. Su hijo Arquelao ejerció como etnarca, en Judea y Samaría, hasta el año 6 d.C., cuando fue depuesto y exiliado por las quejas ante sus brutalidades. Por tanto, no tenía jurisdicción en Galilea, donde estaba situada Nazaret. De la actitud de José (v. 22) se sacan provechosas consecuencias: «En las diversas circunstancias de su vida, el Patriarca no renuncia a pensar, ni hace dejación de su responsabilidad. Al contrario: coloca al servicio de la fe toda su experiencia humana. Cuando vuelve de Egipto oyendo que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá. Ha aprendido a moverse dentro del plan divino y, como confirmación de que efectivamente Dios quiere eso que él entrevé, recibe la indicación de retirarse a Galilea» (S. Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, n. 42).
Jesús era conocido por todos como procedente de Nazaret, «el Nazareno». Para las autoridades judías este nombre tuvo sentido despectivo (cfr Jn 1,46; 19,19). Aún en tiempos de San Pablo, los judíos que no creían intentaban humillar a los cristianos dándoles el nombre de nazarenos (cfr Hch 24,5). No hay ningún texto de los profetas que recoja explícitamente la expresión que cita San Mateo (v. 23). Lo más probable es que el evangelista se refiera a Is 11,1 donde anuncia un descendiente de David —el retoño, neser, de Jesé— sobre el que reposarán todos los dones del Espíritu del Señor.

Comentarios

Entradas más visitadas de este blog

Himno a la caridad (1 Co 12,31—13,13)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad nunca acaba. Las profecías desaparecerán, las lenguas cesarán, la...

Alégrate, llena de gracia (Lc 1,26-38)

Inmaculada concepción – Evangelio 26 En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David. La virgen se llamaba María. 28 Y entró donde ella estaba y le dijo: —Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo. 29 Ella se turbó al oír estas palabras, y consideraba qué podía significar este saludo. 30 Y el ángel le dijo: —No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: 31 concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 33 reinará eternamente sobre la casa de Jacob y su Reino no tendrá fin. 34 María le dijo al ángel: ...

Pondré enemistad entre ti y la mujer (Gn 3,9-15)

10º domingo del Tiempo ordinario – B. 1ª lectura 9 El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? 10 Éste contestó: —Oí tu voz en el jardín y tuve miedo porque estaba desnudo; por eso me oculté. 11 Dios le preguntó: —¿Quién te ha indicado que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del que te prohibí comer? 12 El hombre contestó: —La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí. 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: —¿Qué es lo que has hecho? La mujer respondió: —La serpiente me engañó y comí. 14 El Señor Dios dijo a la serpiente: —Por haber hecho eso, maldita seas entre todos los animales y todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre el vientre, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te herirá en la cabeza, mientras tú le herirás en el talón. Comentario a Génesis 3,9-15 El texto que escuchamos en la primera lectura de la Santa Misa se enmarca en e...