Ir al contenido principal

Estamos ante una nube de testigos (Hb 12, 1-4)

20º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura
1 Por consiguiente, también nosotros, que estamos rodeados de una nube tan grande de testigos, sacudámonos todo lastre y el pecado que nos asedia, y continuemos corriendo con perseverancia la carrera emprendida: 2 fijos los ojos en Jesús, iniciador y consumador de la fe, que, despreciando la ignominia, soportó la cruz en lugar del gozo que se le proponía, y está sentado a la diestra del trono de Dios. 3 Por eso, pensad atentamente en aquel que soportó tanta contradicción por parte de los pecadores, para que no desfallezcáis ni decaiga vuestro ánimo. 4 No habéis resistido todavía hasta la sangre al combatir contra el pecado.
La «nube de testigos» (v. 1) y la referencia a Cristo como «iniciador y consumador» (literalmente, «perfeccionador») enlaza con el pasaje anterior (cfr 11,4-38.40). El modelo y el fundamento de la perseverancia, a la que se aludía en 10,36, es Cristo. Él es ejem-plo perfecto de obediencia, de fidelidad a su misión, de unión con el Padre, de paciencia en el sufrimiento. Cristo es presentado como un atleta fuerte y generoso que corre su carrera (cfr 1 Co 9,24; Flp 2,16; 1 Tm 6,12; 2 Tm 2,5), que sabe iniciar y sabe terminar su esfuerzo, que no desfallece y consigue el triunfo. Los cristianos debemos vivir de la misma manera. Es como oír de nuevo las palabras de Flp 2,5-9: «Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús...». Su ejemplo alienta a superar el desprecio y recuerda que el cristiano no se puede extrañar si, en lugar del triunfo y del gozo, encuentra humilla-ciones y hostilidad (cfr Mt 10,24-25; Jn 15,20). «¿Qué te enseña Cristo desde lo alto de la Cruz, de la que no quiso bajar, sino que te armes de valor ante los que te insultan y seas fuerte con la fuerza de Dios?» (S. Agustín, Enarrationes in Psalmos 70,1).

Comentarios

Entradas más visitadas de este blog

Desde la eternidad fue formada la Sabiduría (Pr 8,22-31)

Santísima Trinidad – C. 1ª lectura 22 El Señor me tuvo al principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa alguna, desde antaño. 23 Desde la eternidad fui formada, desde el comienzo, antes que la tierra. 24 Cuando no existían los océanos fui dada a luz, cuando no había fuentes repletas de agua. 25 Antes que se asentaran los montes, antes que las colinas fui dada a luz. 26 Aún no había hecho la tierra ni los campos, ni el polvo primero del mundo. 27 Cuando asentaba los cielos, allí estaba yo, cuando fijaba un límite a la superficie del océano, 28 cuando sujetaba las nubes en lo alto, cuando consolidaba las fuentes del océano, 29 cuando ponía su límite al mar para que las aguas no lo traspasaran, cuando fijaba los cimientos de la tierra, 30 yo estaba proyectando junto a Él, lo deleitaba día a día, actuando ante Él en todo momento, 31 jugando con el orbe de la tierra, y me deleitaba con los hijos de Adán. Comentario a Proverbios 8,22-31 La Sabidurí...

Himno a la caridad (1 Co 12,31—13,13)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad n...

Bautizados en un mismo espíritu (1 Co 12,3b-7.12-13)

Pentecostés – 2ª lectura 3 Nadie puede decir: «¡Señor Jesús!», sino por el Espíritu Santo. 4 Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo; 5 y diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; 6 y diversidad de acciones, pero Dios es el mismo, que obra todo en todos. 7 A cada uno se le concede la manifestación del Espíritu para provecho común. 12 Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aun siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque todos nosotros, tanto judíos como griegos, tanto siervos como libres, fuimos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Comentario a 1 Corintios 12,3-13 Parece que entre los corintios paganos se daban fenómenos de exaltación religiosa, como entrar en trance, acom...