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Los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios (Rm 8,8-17)

Pentecostés – C. 2ª lectura 8 Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9 Ahora bien, vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en vosotros. Si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, ése no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, ciertamente el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu tiene vida a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo de entre los muertos dará vida también a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que habita en vosotros. 12 Así pues, hermanos, no somos deudores de la carne de modo que vivamos según la carne. 13 Porque si vivís según la carne, moriréis; pero, si con el Espíritu hacéis morir las obras del cuerpo, viviréis. 14 Porque los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15 Porque no recibisteis un espíritu de esclavitud para es...

Una gran multitud que nadie podía contar (Ap 7,9.14b-17)

Domingo 4º de Pascua – C. 2ª lectura 9 Después de esto, en la visión, apareció una gran multitud que nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie ante el trono y ante el Cordero, vestidos con túnicas blancas, y con palmas en las manos. Entonces uno de los ancianos intervino y me dijo: —Éstos que están vestidos con túnicas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? 14b —Señor mío, tú lo sabes —le respondí yo. Y me dijo: —Éstos son los que vienen de la gran tribulación, los que han lavado sus túnicas y las han blanqueado con la sangre del Cordero. 15 Por eso están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo, y el que se sienta en el trono habitará en medio de ellos. 16 Ya no pasarán hambre, ni tendrán sed, no les agobiará el s...

Dios lo resucitó al tercer día (Hch 10,34a.37-43)

Domingo de Resurrección –  1ª lectura 34a Pedro comenzó a hablar: 37  »Vosotros sabéis lo ocurrido por toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan:  38  cómo a Jesús de Nazaret le ungió Dios con el Espíritu Santo y poder, y cómo pasó haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.  39  Y nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la región de los judíos y en Jerusalén; de cómo le dieron muerte colgándolo de un madero.  40  Pero Dios le resucitó al tercer día y le concedió manifestarse,  41  no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios, a nosotros, que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos;  42  y nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que a él es a quien Dios ha constituido juez de vivos y muertos.  43  Acerca de él testimonian todos los profetas que todo el que cree en él recibe po...