8º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura
Comentario a 1 Corintios 15,54
Poco antes, San Pablo ha afirmado que «No todos moriremos, pero todos seremos transformados» (v. 51). Con lenguaje apocalíptico (sonido de la trompeta, uso de la primera persona del plural) transmite el Apóstol «un misterio» que a primera vista puede resultar difícil de compaginar con la universalidad de la muerte. Pero aquí no trata de la muerte ni del momento concreto de la Parusía, sino de la resurrección. Afirma que todos — vivos y difuntos, dice hiperbólicamente — experimentarán la transfiguración de su cuerpo mortal en un cuerpo glorioso (cfr 1 Ts 4,13 - 18). La imagen de la nueva vestidura (vv. 53-54) indica gráficamente el triunfo definitivo de la vida sobre la muerte.
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