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Se llenaron del Espíritu Santo (Hch 2,1-11)

Pentecostés. 1ª lectura 1 Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. 2 Y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de un viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban. 3 Entonces se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos. 4 Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les hacía expresarse. 5 Habitaban en Jerusalén judíos, hombres piadosos venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. 6 Al producirse aquel ruido se reunió la multitud y quedó perpleja, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 7 Estaban asombrados y se admiraban diciendo: —¿Es que no son galileos todos éstos que están hablando? 8 ¿Cómo es, pues, que nosotros les oímos cada...

Vosotros sois testigos (Lc 24,46-53)

Ascensión del Señor – C. Evangelio 46 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: —Así está escrito: que el Cristo tiene que padecer y resucitar de entre los muertos al tercer día, 47 y que se predique en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las gentes, comenzando desde Jerusalén. 48 Vosotros sois testigos de estas cosas. 49 Y sabed que yo os envío al que mi Padre ha prometido. Vosotros permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de la fuerza de lo alto. 50 Los sacó hasta cerca de Betania y levantando sus manos los bendijo. 51 Y mientras los bendecía, se alejó de ellos y comenzó a elevarse al cielo. 52 Y ellos le adoraron y regresaron a Jerusalén con gran alegría. 53 Y estaban continuamente en el Templo bendiciendo a Dios. Comentario a Lucas 24,46-53 En estas últimas palabras del Señor en el Evangelios de San Lucas se compendia todo lo que desarrollará después en el libro de los Hechos de los Apóstoles : está en el designio de Dios la predicación ...

Lo sentó a su derecha en los cielos (Ef 1,17-23)

Ascensión del Señor. 2ª lectura 17 Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os conceda el Espíritu de sabiduría y de revelación para conocerle; 18 iluminando los ojos de vuestro corazón, para que sepáis cuál es la esperanza a las que os llama, cuáles las riquezas de gloria dejadas en su herencia a los santos, 19 y cuál es la suprema grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa. 20 Él la ha puesto por obra en Cristo resucitándole de entre los muertos y sentándole a su derecha en los cielos, 21 por encima de todo principado, potestad, virtud y dominación y de todo cuanto existe, no sólo en este mundo sino también en el venidero. 22 Todo lo sometió bajo sus pies y a él lo constituyó cabeza de todas las cosas en favor de la Iglesia, 23 que es su cuerpo, la pleni...