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Cristo será tu luz (Ef 5,8-14)

4º domingo de Cuaresma – A. 2ª lectura 8 En otro tiempo erais tinieblas, ahora en cambio sois luz en el Señor: caminad como hijos de la luz, 9 porque el fruto de la luz se manifiesta en toda bondad, justicia y verdad. 10 Sabiendo discernir lo que es agradable al Señor, 11 no participéis en las obras estériles de las tinieblas, antes bien combatidlas, 12 pues lo que éstos hacen a escondidas da vergüenza hasta el decirlo. 13 Todas esas cosas, al ser puestas en evidencia por la luz, quedan a la vista, pues todo lo que se ve es luz. 14 Por eso dice: «Despierta, tú que duermes, álzate de entre los muertos, y Cristo te iluminará». San Pablo propone una consecuencia práctica de lo que venía diciendo hasta ahora en esta carta: conviene llevar una conducta limpia en la que se reflejen las obras de la luz, tal como conviene a quienes han recibido la luz de Cristo en el Bautismo y han sido llenos del Espíritu Santo. Por eso, el sacramento del Bautismo recibe también el nombre de «ilumina...

David es ungido rey de Israel (1 S 16,1b.6-7.10-13a)

4º domingo de Cuaresma – A. 1ª lectura 1 Dijo el Señor a Samuel: — Llena el cuerno de aceite y ven, que voy a enviarte a Jesé de Belén, porque he elegido entre sus hijos un rey para mí. 6 Cuando entraron, Samuel vio a Eliab y se dijo: «Seguramente está ante el Señor su ungido». 7 Pero el Señor dijo a Samuel: —No te fijes en su apariencia, ni en su gran estatura, pues lo he descartado. La mirada de Dios no es como la del hombre. El hombre mira las apariencias pero el Señor mira el corazón. 10 Fue llevando Jesé a sus siete hijos, pero Samuel dijo lo mismo: —No ha elegido el Señor a ninguno de éstos. 11 Samuel dijo entonces a Jesé: —¿No te quedan más hijos? Él respondió: —Todavía queda el más pequeño que está apacentando el rebaño. Samuel dijo a Jesé: —Manda que lo traigan, pues no nos sentaremos hasta que haya llegado. 12 Jesé mandó que lo trajeran. Era rubio, de ojos hermosos y de buena presencia. El Señor dijo a Samuel: —Levántate y úngelo. Él es. 13 ...

Jesús habla con la samaritana (Jn 4,5-42)

3º domingo de Cuaresma – A. Evangelio 5 Llegó entonces a una ciudad de Samaría, llamada Sicar, junto al campo que le dio Jacob a su hijo José. 6 Estaba allí el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del viaje, se había sentado en el pozo. Era más o menos la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: —Dame de beber 8 —sus discípulos se habían marchado a la ciudad a comprar alimentos. 9 Entonces le dijo la mujer samaritana: —¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? —porque los judíos no se tratan con los samaritanos. 10 Jesús le respondió: —Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva. 11 La mujer le dijo: —Señor, no tienes nada con qué sacar agua, y el pozo es hondo, ¿de dónde vas a sacar el agua viva? 12 ¿O es que eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 —T...