Ir al contenido principal

Lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo (2 Co 5,14-17)

12º domingo del Tiempo ordinario – B. 2ª lectura

14 Porque el amor de Cristo nos urge, persuadidos de que si uno murió por todos, en consecuencia todos murieron. 15 Y murió por todos a fin de que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. 16 De manera que desde ahora no conocemos a nadie según la carne; y si conocimos a Cristo según la carne, ahora ya no le conocemos así. 17 Por tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: lo viejo pasó, ya ha llegado lo nuevo.

Comentario a 2 Corintios 5,14-17

San Pablo ofrece aquí un apretado resumen del contenido de la Redención: Dios ha reconciliado a los hombres con Él por medio de Jesucristo, que cargó sobre sí nuestros pecados y murió por todos los hombres. «Todo lo que el Hijo de Dios obró y enseñó para la reconciliación del mundo, no lo conocemos solamente por la historia de sus acciones pasadas, sino que lo sentimos también por la eficacia de lo que él realiza en el presente» (S. León Magno, Tractatus 63; cfr De passione Domini 12,6). Además, como explicará poco más adelante, Dios ha constituido a los Apóstoles embajadores de Cristo para llevar a los hombres la palabra de la reconciliación (v. 19): «La Iglesia erraría en un aspecto esencial de su ser y faltaría a una función suya indispensable, si no pronunciara con claridad y firmeza, a tiempo y a destiempo, la “palabra de reconciliación” y no ofreciera al mundo el don de la reconciliación. Conviene repetir aquí que la importancia del servicio eclesial de reconciliación se extiende, más allá de los confines de la Iglesia, a todo el mundo» (S. Juan Pablo II, Reconciliatio et paenitentia, n. 23). Éste es el conocimiento que Pablo posee de Jesucristo, frente al que poseía antes de convertirse, cuando sólo veía a Cristo «según la carne» (v. 16).

«La caridad de Cristo nos urge» (v. 14). También para todos los cristianos el amor de Cristo debe ser un poderoso estímulo para llevar a todas las almas la salvación ganada por Jesucristo. «Nos urge la caridad de Cristo (cfr 2 Co 5,14) para tomar sobre nuestros hombros una parte de esa tarea divina de rescatar las almas (...). De ahí el deseo vehemente de considerarnos corredentores con Cristo, de salvar con Él a todas las almas» (S. Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, nn. 120s.).

Comentarios

Entradas más visitadas de este blog

La paciencia y consolación de las Escrituras (Rm 15,4-9)

Domingo 2º Adviento – A. Segunda lectura 4 Todas las cosas que ya están escritas fueron escritas para nuestra enseñanza, con el fin de que mantengamos la esperanza mediante la paciencia y la consolación de las Escrituras. 5 Que el Dios de la paciencia y de la consolación os dé un mismo sentir entre vosotros según Cristo Jesús , 6 para que unánimemente, con una sola voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 7 Por esta razón acogeos unos a otros, como también Cristo os acogió a vosotros para gloria de Dios. 8 Digo, en efecto, que Cristo se hizo servidor de los que están circuncidados para mostrar la fidelidad de Dios, para ratificar las promesas hechas a los padres, 9 y para que los gentiles glorificaran a Dios por su misericordia, conforme está escrito: Por eso te alabaré a ti entre los gentiles, y cantaré en honor de tu nombre. Comentario a Romanos 15,4-9 Jesucristo murió para que todos «con un mismo sentir» (v. 5) diésemos gloria a Dios. Y aunque Crist...

Himno a la caridad (1 Co 12,31—13,13)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad n...

El vástago de la cepa de Jesé (Is 11,1-10)

Domingo 2º Adviento – A. Primera lectura 1 Saldrá un vástago de la cepa de Jesé, y de sus raíces florecerá un retoño. 2 Sobre él reposará el Espíritu del Señor , espíritu de sabiduría y de entendimiento, espíritu de consejo y de fortaleza , espíritu de ciencia y de temor del Señor . 3 Y lo inspirará con el temor del Señor. No juzgará según las apariencias, ni decidirá según los rumores, 4 sino que juzgará con justicia a los desvalidos, y decidirá con rectitud a favor de los pobres de la tierra. Golpeará al país con la vara de su boca, y matará al impío con el soplo de sus labios. 5 La justicia será la correa de su cintura, y la fe, el cinturón de sus caderas. 6 Entonces el lobo convivirá con el cordero , el leopardo se tumbará con el cabrito, ternero y león joven engordarán juntos, y un niño pequeño los guiará. 7 La vaca pacerá con la osa, sus crías se recostarán juntas, y el león, como el buey, comerá paja. 8 El niño de pecho jugará junto al aguje...