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Alegres, porque Dios se acordó de ellos (Ba 5,1-9)

2º domingo de Adviento – C. 1ª lectura 1 Quítate, Jerusalén, el vestido de luto y de tu aflicción y vístete de gala, de la gloria que Dios te otorga para siempre. 2 Envuélvete con el manto de la justicia de Dios, ponte en la cabeza la corona gloriosa del Eterno. 3 Dios mostrará tu resplandor a toda criatura bajo el cielo. 4 Porque Dios te llamará para siempre con el nombre de «Paz de la justicia» y «Gloria de la piedad». 5 Levántate, Jerusalén, ponte en alto, observa hacia oriente y contempla a tus hijos reunidos, desde donde sale el sol hasta el ocaso, por la palabra del Santo, alegres porque Dios se acordó de ellos. 6 Partieron de ti a pie, llevados por los enemigos, pero Dios te los devuelve en triunfo, como sentados en un trono real. 7 Dios mandó allanar toda alta montaña y las rocas eternas, y rellenar todo valle hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. 8 Por orden de Dios, todas las selvas y todo árbol de suave olor dar...

Vigilad, orando en todo tiempo (Lc 21,25-28.34-36)

1º domingo de Adviento – C. Evangelio 25 Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de las gentes, consternadas por el estruendo del mar y de las olas: 26 y los hombres perderán el aliento a causa del terror y de la ansiedad que sobrevendrán a toda la tierra. Porque las potestades de los cielos se conmoverán. 27 Entonces verán al Hijo del Hombre que viene sobre una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando comiencen a suceder estas cosas, erguíos y levantad la cabeza porque se aproxima vuestra redención. 34 Vigilaos a vosotros mismos, para que vuestros corazones no estén ofuscados por la crápula, la embriaguez y los afanes de esta vida, y aquel día no sobrevenga de improviso sobre vosotros, 35 porque caerá como un lazo sobre todos aquellos que habitan en la faz de toda la tierra. 36 Vigilad orando en todo tiempo, a fin de que podáis evitar tod...

Que se confirmen vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios (1 Ts 3,12–4,2)

1º domingo de Adviento – C. 2ª lectura 12 Que el Señor os colme y os haga rebosar en la caridad de unos con otros y en la caridad hacia todos, como es la nuestra hacia vosotros, 13 para que se confirmen vuestros corazones en una santidad sin tacha ante Dios, nuestro Padre, el día de la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. Amén. 4,1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y os exhortamos en el Señor Jesús a que, conforme aprendisteis de nosotros sobre el modo de comportaros y de agradar al Señor, y tal como ya estáis haciendo, progreséis cada vez más. 2 Pues conocéis los preceptos que os dimos de parte del Señor Jesús. Comentario a 1 Tesalonicenses 3,12-4,2 Como no se sabe cuándo sucederá la Parusía (cfr 1 Ts 5,2), la actitud del cristiano debe ser la de llevar una vida digna de Cristo, en la que por encima de todo prevalezca la car...