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Parábola de los invitados a la boda (Lc 14,1.7-14)

22º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 1 Un sábado, entró él a comer en casa de uno de los principales fariseos y ellos le estaban observando. 7 Les proponía a los invitados una parábola, al notar cómo iban eligiendo los primeros puestos: 8 —Cuando alguien te invite a una boda, no vayas a sentarte en el primer puesto, no sea que otro más distinguido que tú haya sido invitado por él 9 y, al llegar el que os invitó a ti y al otro, te diga: «Cédele el sitio a éste», y entonces empieces a buscar, lleno de vergüenza, el último lugar. 10 Al contrario, cuando te inviten, ve a ocupar el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó te diga: «Amigo, sube más arriba». Entonces quedarás muy honrado ante todos los comensales. 11 Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado. 12 Decía también al que le había invitado: —Cuando des una comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos, no sea qu...

Os habéis acercado a la ciudad del Dios vivo (Hb 12,18-19.22-24)

22º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 18 Vosotros no os habéis acercado a un fuego tangible y ardiente, a oscuridad, a tinieblas, a tempestad, 19 a son de trompetas, y a ese clamor de palabras que cuantos lo oyeron suplicaron que no se les hablara más. 22 En cambio, vosotros os habéis acercado al Monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, a la asamblea gozosa 23 y a la Iglesia de los primogénitos inscritos en los cielos, al Dios Juez de todos, a los espíritus de los justos que han alcanzado la perfección, 24 a Jesús mediador de la nueva alianza y a la sangre derramada, que habla mejor que la de Abel. Comentario a Hebreos 12,18-24 Se presenta una comparación entre dos escenas: una es la estampa sobrecogedora del establecimiento de la Alianza en el Sinaí (cfr Ex 19,12-16; 20,18); la otra es la visión maravillosa de la Ciudad celestial en el monte Sión, morada de los ángeles y bienaventurados. El punto central de su argument...

La sabiduría de la gente sencilla (Si 3,17-18.20.28-29)

22º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 17 Hijo, haz las cosas con mansedumbre, y serás amado por el hombre de valía. 18 Cuanto más grande seas, tanto más debes humillarte, y encontrarás gracia ante el Señor. 20 porque el poder del Señor es grande, y es alabado por los humildes. 28 Para llaga de soberbio no hay curación, porque la planta del mal ha echado en él sus raíces. 29 El corazón del prudente meditará los proverbios, y oído atento es lo que desea el sabio. Corazón sabio y prudente se guardará de pecar, y por la buenas obras prosperará. Comentario a Eclesiástico 3,17-29 El texto trata de una virtud fundamental para el amante de la sabiduría: la humildad para reconocer las propias carencias y abrirse confiadamente con ánimo de aprender. En el contexto en que Ben Sirac escribió su obra, la filosofía griega y los nuevos conocimientos deslumbraban a muchos. Algunos abandonaban la Ley de Dios y la enseñanza tradicional de Israel para seguir a los maestros ex...