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La fuerza de la fe (Lc 17,5-10)

27º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 5 Los apóstoles le dijeron al Señor: —Auméntanos la fe. 6 Respondió el Señor: —Si tuvierais fe como un grano de mostaza, diríais a esta morera: arráncate y plántate en el mar, y os obedecería. 7 Si uno de vosotros tiene un siervo en la labranza o con el ganado y regresa del campo, ¿acaso le dice: «Entra enseguida y siéntate a la mesa?» 8 Por el contrario, ¿no le dirá más bien: «Prepárame la cena y dispónte a servirme mientras como y bebo, que después comerás y beberás tú?» 9 ¿Es que tiene que agradecerle al siervo el que haya hecho lo que se le había mandado? 10 Pues igual vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: «Somos unos siervos inútiles; no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer». En los versículos inmediatamente anteriores (vv. 3-4), el Señor había invitado a la grandeza de corazón en el perdón de las ofensas. Los Apóstoles son conscientes de la dificultad de esas exigencias, por eso...

El don del sacerdocio (2 Tm 1,6-8.13-14)

27º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 6 Por esta razón, te recuerdo que tienes que reavivar el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos, 7 porque Dios no nos dio un espíritu de timidez, sino de fortaleza, caridad y templanza. 8 Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; al contrario, comparte conmigo los sufrimientos por el Evangelio con fortaleza de Dios. 13 Ten por norma las palabras sanas que me escuchaste con la fe y la caridad que tenemos en Cristo Jesús. 14 Guarda el buen depósito por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros. El rito de la imposición de las manos, mencionado también en 1 Tm 4,14, comunicaba el don del ministerio apostólico. La Iglesia ha conservado intactos estos elementos esenciales del sacramento del Orden: la imposición de las manos y las palabras consecratorias del Obispo (cfr Pablo VI, Pontificalis Romani recognitio ). El «don de Dios» (v. 6) alude al «carácter» sacerdotal...

El justo vive de la fe (Ha 1,2-3; 2,2-4)

27º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 1,2 ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me escuches? ¿Gritaré a Ti: «¡Violencia!», sin que me salves? 3 ¿Por qué me haces ver la iniquidad, y contemplar la fatiga? Pues ante mí están la desolación y la violencia, surgen contiendas y se promueven riñas. 2,2 El Señor me respondió diciendo: «Escribe la visión, grábala clara en tablillas, para que pueda leerse de corrido. 3 Porque la visión aguarda su tiempo, aspira a su fin, pero no defrauda; si se demora, espérala, pues de cierto llegará sin falta». 4 Se derrumbará el que no tiene alma recta, pero el justo vivirá por su fidelidad. En esta primera parte de este libro se concentran el mensaje y las circunstancias históricas de la obra. Parece un diálogo entre el Señor y el profeta. Primero, lamento del profeta ante Dios enumera los desastres que sufre el pueblo: iniquidades, violencia, robo, incumplimiento de la Ley , injusticias, etc. (1...