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Textos para la Semana Santa y la Pascua

 


Haciendo click en cada línea con la referencia bíblica se puede acceder al texto completo y a los comentarios sobre todas las lecturas de las Misas del Triduo Pascual.

Jueves Santo "in coena Domini"

Primera lectura: Ex 12, 1-8.11-14. Prescripciones sobre la cena pascual

Segunda lectura: 1 Co 11, 23-26. Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la muerte del Señor

Evangelio: Jn 13, 1-15. Los amó hasta el extremo

Viernes Santo en la Pasión del Señor

Primera lectura: Is 52, 13-53, 12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones (Tercer cántico del Siervo del Señor)

Segunda lectura: Hb 4, 14-16 y 5, 7-9. Aprendió a obedecer; y se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación

Evangelio: Jn 18, 1-19, 42. Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan

Vigilia Pascual

Primera lectura: Gn 1, 1-2, 2. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno

Segunda lectura: Gn 22, 1-18. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe

Tercera lectura: Ex 14, 15-15, 1 a. Los hijos de Israel entraron en medio del mar, por lo seco

Séptima lectura: Ez 36, 16-17a.18-28. Derramaré sobre vosotros un agua pura, y os daré un corazón nuevo

Octava lectura: Rm 6, 3-11. Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más

Evangelio: Mc 16,1-7. Jesús el Nazareno, el crucificado, ha resucitado

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4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad n...

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28º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 8 Acuérdate de Jesucristo resucitado de entre los muertos, descendiente de David , como predico en mi evangelio, 9 por el que estoy sufriendo hasta verme entre cadenas como un malhechor: ¡pero la palabra de Dios no está encadenada! 10 Por eso, todo lo soporto por los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación , que está en Cristo Jesús , junto con la gloria eterna. 11 Podéis estar seguros: Si morimos con él, también viviremos con él; 12 si perseveramos, también reinaremos con él; si lo negamos, también él nos negará; 13 si no somos fieles, él permanece fiel, pues no puede negarse a sí mismo. Comentario a 2 Timoteo 2,8-13 Los padecimientos de Pablo, encarcelado por predicar el Evangelio , son un título de gloria, pues en el martirio el discípulo se asemeja al Maestro. Por los méritos de Cristo se alcanza la salva­ción. Además, ninguna dificultad externa es obstáculo infranqueable para la difusión del Evangelio: ...

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11º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 7 Dijo entonces Natán a David: —Tú eres ese hombre. Así dice el Señor, Dios de Is­rael: «Yo te he ungido como rey de Israel; Yo te he librado de la mano de Saúl; 8 te he entregado la casa de tu señor y he puesto en tu regazo las mujeres de tu señor; te he dado la casa de Israel y de Judá; y, por si fuera poco, voy a añadirte muchas cosas más. 9 ¿Por qué has despreciado al Señor, haciendo lo que más le desagrada? Has matado a espada a Urías, el hitita; has tomado su mujer como esposa tuya y lo has matado con la espada de los amonitas. 10 Por todo esto, por haberme despreciado y haber tomado como esposa la mujer de Urías, el hitita, la espada no se apartará nunca de tu casa». 13 David dijo a Natán: —He pecado contra el Señor. Natán le respondió: —El Señor ya ha perdonado tu pecado. No morirás. En el párrafo anterior a éste, Natán acaba de interpelar a David con una de las parábolas más bellas del Antiguo Testamento provoca...