Ir al contenido principal

Institución de la Eucaristía (1 Co 11,23-26)

Jueves Santo. Cena del Señor – 2ª lectura

23 Porque yo recibí del Señor lo que también os transmití: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, 24 y dando gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se da por vosotros; haced esto en conmemoración mía». 25 Y de la misma manera, después de cenar, tomó el cáliz, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; cuantas veces lo bebáis, hacedlo en conmemoración mía». 26 Porque cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.

Comentario a 1 Corintios 11,23-26

En la doctrina sobre la Eucaristía que aquí transmite San Pablo emerge la importancia de la Tradición apostólica (v. 23). Junto con los textos de Mt, Mc y Lc, los vv. 23-25 constituyen el cuarto relato de la institución de la Eucaristía que conserva el Nuevo Testamento. El texto contiene los puntos fundamentales de la fe cristiana sobre el misterio eucarístico: institución de este sacramento por Jesucristo, presencia real del Señor, institución del sacerdocio cristiano, y carácter sacrificial de la Eucaristía.

«Haced esto en conmemoración mía». Este mandato indica que la Eucaristía es recuerdo, renovación y actualización del sacrificio pascual del Calvario. La Iglesia ha visto en estas palabras la institución del sacerdocio cristiano: El Señor en la Última Cena «ofreció a Dios Padre su cuerpo y su sangre bajo las especies de pan y de vino, y bajo los símbolos de esas mismas cosas los entrego, para que los tomaran, a sus Apóstoles, a quienes entonces constituía sacerdotes del Nuevo Testamento, y a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio les mandó —con las palabras: Haced esto en conmemoración mía— que los ofrecieran. Así lo entendió y enseñó siempre la Iglesia» (Conc. de Trento, De SS. Missae sacrificio, cap. 1; cfr can. 2).

Comentarios

Entradas más visitadas de este blog

Dios vendrá y nos salvará (Is 35,1-6a.10)

Domingo 3º Adviento - A. 1ª lectura 1 ¡Que el desierto y la tierra árida se alegren, que se goce la estepa y florezca como las azucenas ! 2 Florezca pujante y alégrese con gozo y cánticos de júbilo. Se le ha dado la gloria del Líbano , la gala de Carmelo y del Sarón , ellos verán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios. 3 Fortaleced las manos débiles, y consolidad las rodillas que flaquean. 4 Decid a los pusilánimes: «¡Cobrad ánimo, no temáis! Aquí está vuestro Dios, llega la venganza, la retribución de Dios. Él vendrá y os salvará». 5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos. 6a Entonces el cojo saltará como un ciervo, y la lengua del mudo gritará de júbilo. 10 Regresarán los redimidos del Señor, llegarán a Sión con gritos de júbilo e infinita alegría en sus rostros, traerán regocijo y alegría, y desaparecerán la pena y los lamentos. Comentario a Isaías 35,1-10 En este capítulo de Isaías se pres...

Mirad, la virgen está encinta (Is 7,10-14)

Domingo 4º Adviento - Primera lectura. 10 Y el Señor siguió hablando a Ajaz: 11 —Pídele al Señor, tu Dios, un signo, en el fondo del seol o en lo alto del cielo. 12 Pero Ajaz dijo: —No lo pediré y no tentaré al Señor. 13 Entonces respondió: —Escuchad, casa de David : «¿Os parece poco cansar a los hombres para que canséis también a mi Dios? 14 Pues bien, el propio Señor os da un signo. Mirad, la virgen está encinta y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Enmanuel . Comentario a Isaías 7,10-14 Las palabras de la lectura se enmarcan en un encuentro entre Isaías y el rey Ajaz, en el que el monarca se debate en la duda de qué postura tomar ante las presiones que recibe para que su reino se incorpore a la coalición antiasiria formada por Israel (aquí también llamado ­ Efraím ) —cuya capital era Samaría — y por Siria —cuya capital era Damasco —. De Tabeel (o Tabeal) (v. 6) no se conoce más de lo que aquí se dice. Quizá fuera un alto funcionario, dispuesto a seguir...

Alégrate, llena de gracia (Lc 1,26-38)

Inmaculada concepción – Evangelio 26 En el sexto mes fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David. La virgen se llamaba María. 28 Y entró donde ella estaba y le dijo: —Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo. 29 Ella se turbó al oír estas palabras, y consideraba qué podía significar este saludo. 30 Y el ángel le dijo: —No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: 31 concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 33 reinará eternamente sobre la casa de Jacob y su Reino no tendrá fin. 34 María le dijo al ángel: ...