Ir al contenido principal

La Biblia de la Universidad de Navarra



La Biblia un clásico de la literatura universal. Hay en el mercado muchas traducciones de ella a todas las lenguas. Pero aun así, la Biblia de la Universidad de Navarra tiene algo nuevo que aportar. Sus conocidos protagonistas asoman la cabeza desde el interior del libro por una ventana abierta en su portada para mirar al lector en su entorno, e iniciar un diálogo. Moisés, David, Salomón, Isaías, … y Jesús, siendo ellos mismos, hablan nuestro idioma y se interesan por lo que pasa en nuestro mundo, como dispuestos a entrar en diálogo con quien toma el libro en sus manos.
¿Dónde reside su novedad?
La novedad en la edición de un clásico de la literatura es como la novedad que puede suponer la presentación de un buen vino. Hay muchos vinos, de muy diversas procedencias y categorías, pero esto no impide que puedan irrumpir en el mercado tipos nuevos, con personalidad propia, de verdadera calidad. Con una novedad que reside en una adecuada conjunción de uva y de crianza, que proporciona ese toque justo de excelencia y distinción que aprecian y celebran los buenos catadores, y del que puede disfrutar quien toma una copa.
También en este caso la novedad consiste en una fórmula con personalidad propia que combina unos ingredientes adecuados (la traducción y los comentarios) en unas proporciones justas para dejar hablar a la Biblia respetando su identidad de texto que, fiel a su tradición, sale hoy al encuentro de la gente y le sugiere respuestas a las grandes cuestiones: ¿quién es Dios? ¿qué es el ser humano, su origen, el sentido de su vida, su destino? ¿qué es la familia, el trabajo, la amistad?
El blog “Biblia de la Universidad Navarra”
Este blog está creado y mantenido por el mismo equipo de biblistas, profesores de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, que hizo la traducción al español, a partir de los textos originales, de la Sagrada Biblia (5 volúmenes, Eunsa) y que redactó sus introducciones y notas.
Pretendemos que sirva a los muchos lectores de la Biblia para entrar con frecuencia en ese diálogo con Dios, en donde hablar de todo lo que nos interesa cada día.
También iremos informando de las nuevas ediciones o traducciones que se vayan haciendo, así como de muchas cuestiones que pueden interesar a los amantes de la Sagrada Escritura.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Bienvenida a este necesario blog. Lanzo la siguiente inquietud:
Desarrollar el tema de la importancia y centralidad que se ha dado históricamente al texto masorético como la base para la traducción del Antiguo Testamento católico y los paradigmas que esa decisión causa. ¿Por qué se desusa la traducción de los LXX como la base y cuando? ¿Cómo es usada ésta última en ciertos casos para evaluar las diferencias que plantea, si alguna?
En fin, me parece indispensable desarrollar este tema.
¡Gracias y Enhorabuena!
Francisco Varo ha dicho que…
Aunque podremos tratar de este tema más adelante, comentaría de momento que el interés por el texto hebreo del Antiguo Testamento en la Iglesia, especialmente latina, se remonta a San Jerónimo. Al hacer su traducción al latín, que luego sería conocida como la Vulgata, comprobó que los textos griegos que tenía a su disposición presentaban pasajes ininteligibles incluso a un buen conocedor del griego, por lo que decidió aprender hebreo y hacer su traducción a partir de textos hebreos. Siempre fue un gran defensor de lo que llamaba la "hebraica veritas".

Entradas más visitadas de este blog

Himno a la caridad (1 Co 12,31—13,13)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad n...

La oración del humilde traspasa las nubes (Si 35,12-14.16-18)

30º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 12 El Señor es juez , y en Él no cuenta la categoría de las personas, 13 ni hace acepción de personas contra el pobre, pero, en cambio, escucha la plegaria del oprimido . 14 No desestima la súplica del huérfano, ni de la viuda, cuando se desahoga en lamentos. 16 El que sirve a Dios será escuchado con benevolencia, su plegaria subirá hasta las nubes. 17 La oración del humilde traspasa las nubes, y hasta que no alcanza su fin no se contenta, 18 ni desiste hasta que el Altísimo la atienda, y haga justicia a los justos dictando sentencia. Comentario a Eclesiástico 35,12-18 El Sirácida dice quién es Dios —un buen pagador, juez justo, que retribuye a cada uno según sus obras— y quién es el escuchado por Dios: el que da con generosidad, el oprimido , el huérfano y la viuda, el que le sirve, el humilde . La mayor parte de estas cualidades —tanto las de Dios como las de quien se dirige a Él— las ve el lector del Nuevo Te...

El fariseo y el publicano (Lc 18,9-14)

30º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 9 Dijo también esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos teniéndose por justos y despreciaban a los demás: 10 —Dos hombres subieron al Templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano . 11 El fariseo, quedándose de pie, oraba para sus adentros: «Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano. 12 Ayuno dos veces por semana, pago el diezmo de todo lo que poseo». 13 Pero el publicano, quedándose lejos, ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Oh Dios, ten compasión de mí, que soy un pecador». 14 Os digo que éste bajó justificado a su casa, y aquél no. Porque todo el que se ensalza será humillado, y todo el que se humilla será ensalzado. Comentario...