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Zaqueo (Lc 19,1-10)

31º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 1 Entró en Jericó y atravesaba la ciudad. 2 Había un hombre llamado Zaqueo , que era jefe de publicanos y rico. 3 Intentaba ver a Jesús para conocerle, pero no podía a causa de la muchedumbre, porque era pequeño de estatura. 4 Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, porque iba a pasar por allí. 5 Cuando Jesús llegó al lugar, levantando la vista, le dijo: —Zaqueo, baja pronto, porque conviene que hoy me quede en tu casa. 6 Bajó rápido y lo recibió con alegría. 7 Al ver esto, todos murmuraban diciendo que había entrado a hospedarse en casa de un pecador . 8 Pero Zaqueo, de pie, le dijo al Señor: —Señor, doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he defraudado en algo a alguien le devuelvo cuatro veces más. 9 Jesús le dijo: —Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán ; 10 porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. Comentario a Lucas 19,1-1...

Nos os alarméis como si fuera inminente el día del Señor (2Ts 1,11–2,2)

31º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 11 También por eso oramos en todo momento por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de su vocación, y con su poder haga realidad todos vuestros deseos de hacer el bien y de practicar la fe, 12 para que así el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. 2,1 En cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestro encuentro con él, os rogamos, hermanos, 2 que no se inquiete fácilmente vuestro ánimo ni os alarméis: ni por revelaciones, ni por rumores, ni por alguna carta que se nos atribuya, como si fuera inminente el día del Señor. Comentario a 2 Tesalonicenses 1,11-2,2 La frase «según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo» (v. 12) admite otra posible traducción del griego: «Según la gracia de nuestro Dios y Señor Jesucristo». En este segundo caso estaríamos ante una confesión de fe en la divinidad de Jesucristo: Cri...

Señor, amigo de la vida (Sb 11,22–12,2)

31º domingo del Tiempo ordinario – C. 1ª lectura 22 Ante ti el universo entero es como mota de polvo en la balanza, como gota de rocío mañanero que baja a la tierra. 23 Pero te apiadas de todos, porque todo lo puedes; no miras los pecados de los hombres a fin de que se conviertan. 24 Amas a todos los seres y no odias nada de lo que hiciste; porque si odiaras algo, no lo hubieras dispuesto. 25 ¿Cómo podría permanecer algo, si Tú no lo quisieras? ¿Cómo podría conservarse algo que Tú no llamaras? 26 Tú perdonas a todos, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida . 12,1 Tu aliento incorruptible está en todas las cosas. 2 Por eso corriges poco a poco a los que caen; los corriges recordándoles sus pecados, para que se aparten del mal y crean en ti, Señor. Comentario a Sabiduría 11,22-12,2 La reflexión y enseñanza del amor y misericordia de Dios por todos los seres creados no son, evidentemente, nuevos del libro de la Sabiduría (ver Os 6,4-6; Jon 3,1-4,11); pero qu...