Ir al contenido principal

No quedará piedra sobre piedra (Lc 21,5-19)

33º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 5 Como algunos le hablaban del Templo , que estaba adornado con bellas piedras y ofrendas votivas , dijo: 6 —Vendrán días en los que de esto que veis no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida. 7 Le preguntaron: —Maestro, ¿cuándo ocurrirán estas cosas y cuál será la señal de que están a punto de suceder? 8 Él dijo: —Mirad, no os dejéis engañar; porque vendrán en mi nombre muchos diciendo: «Yo soy», y «el momento está próximo». No les sigáis. 9 Cuando oigáis hablar de guerras y de revoluciones, no os aterréis, porque es necesario que sucedan primero estas cosas. Pero el fin no es inmediato. 10 Entonces les decía: —Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino; 11 habrá grandes terremotos y hambre y peste en diversos lugares; habrá cosas aterradoras y grandes señales en el cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, llevándoos ante reye...

Si vivimos, vivimos para el Señor (Rm 14,7-9)

24º domingo del Tiempo ordinario – A . 2ª lectura

7 Pues ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni ninguno muere para sí mismo; 8 pues si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, morimos para el Señor; porque vivamos o muramos, somos del Señor. 9 Para esto Cristo murió y volvió a la vida, para dominar sobre muertos y vivos.
El Apóstol se dirige paternalmente a todos, exhortando a los débiles a no juzgar temerariamente a los fuertes, y apelando a los fuertes para que no despreciaran a los débiles. Unos y otros faltaban a la caridad. Todos debían respetar la libertad de los demás.
El Apóstol da razones teológicas para el ejercicio de la caridad y libertad fraternas: ningún cristiano vive o muere para sí mismo, sino que vive y muere también para Dios, al que dará cuenta (vv. 10-12). En este sentido comenta San Juan Crisóstomo: «Tenemos un Dios que quiere que vivamos y que no desea que muramos, y ambas cosas le interesan más a Él que a nosotros» (S. Juan Crisóstomo, In Romanos 25,3). Y San Gregorio Magno, por su parte, señala: «Los santos, pues, no viven ni mueren para sí. No viven para sí porque en todo lo que hacen buscan ganancias espirituales, pues orando, predicando y perseverando en las buenas obras, desean aumentar los ciudadanos de la patria celestial. Ni mueren para sí, porque, ante los hombres, glorifican con su muerte a Dios, al cual se apresuran a llegar muriendo» (Homiliae in Ezechielem 2,9,16).

Comentarios

Entradas más visitadas de este blog

Himno a la caridad (1 Co 12,31—13,13)

4º domingo del Tiempo ordinario – C. 2ª lectura 12,31 Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. 13,1 Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. 2 Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. 3 Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. 4 La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta, 5 no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal, 6 no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad; 7 todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 La caridad n...

Acuérdate de mí, cuando llegues a tu reino (Lc 23,35-43)

34º domingo del Tiempo ordinario – Cristo Rey - C. 1ª lectura 35 El pueblo estaba mirando, y los jefes se burlaban de él y decían: —Ha salvado a otros, que se salve a sí mismo, si él es el Cristo de Dios, el elegido. 36 Los soldados se burlaban también de él; se acercaban y ofreciéndole vinagre 37 decían: —Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo. 38 Encima de él había una inscripción: «Éste es el Rey de los judíos». 39 Uno de los malhechores crucificados le injuriaba diciendo: —¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Pero el otro le reprendía: —¿Ni siquiera tú, que estás en el mismo suplicio, temes a Dios? 41 Nosotros estamos aquí justamente, porque recibimos lo merecido por lo que hemos hecho; pero éste no ha hecho ningún mal. 42 Y decía: —Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino. 43 Y le respondió: —En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso. El episodio del «buen ladrón» es narrado sólo por Lucas. Aquel ...

No quedará piedra sobre piedra (Lc 21,5-19)

33º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 5 Como algunos le hablaban del Templo , que estaba adornado con bellas piedras y ofrendas votivas , dijo: 6 —Vendrán días en los que de esto que veis no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida. 7 Le preguntaron: —Maestro, ¿cuándo ocurrirán estas cosas y cuál será la señal de que están a punto de suceder? 8 Él dijo: —Mirad, no os dejéis engañar; porque vendrán en mi nombre muchos diciendo: «Yo soy», y «el momento está próximo». No les sigáis. 9 Cuando oigáis hablar de guerras y de revoluciones, no os aterréis, porque es necesario que sucedan primero estas cosas. Pero el fin no es inmediato. 10 Entonces les decía: —Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino; 11 habrá grandes terremotos y hambre y peste en diversos lugares; habrá cosas aterradoras y grandes señales en el cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, llevándoos ante reye...