Domingo 3º de Pascua – C. Evangelio 1 Después volvió a aparecerse Jesús a sus discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se apareció así: 2 estaban juntos Simón Pedro y Tomás —el llamado Dídimo—, Natanael —que era de Caná de Galilea—, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. 3 Les dijo Simón Pedro: —Voy a pescar. Le contestaron: —Nosotros también vamos contigo. Salieron y subieron a la barca. Pero aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya amaneció, se presentó Jesús en la orilla, pero sus discípulos no se dieron cuenta de que era Jesús. 5 Les dijo Jesús: —Muchachos, ¿tenéis algo de comer? —No —le contestaron. 6 Él les dijo: —Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron, y casi no eran capaces de sacarla p...
Domingo 3º de Pascua – C. 2ª lectura 11 En la visión oí un clamor de muchos ángeles que rodeaban el trono, a los seres vivos y a los ancianos. Su número era de miríadas de miríadas y millares de millares, 12 que aclamaban con gran voz: «Digno es el Cordero inmolado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza». 13 Y a toda criatura que existe en el cielo y en la tierra, por debajo de la tierra y en el mar, y a todo cuanto existe en ellos, les oí decir: «Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos». 14 Y los cuatro seres vivos respondían: —Amén. Y los ancianos se postraron y adoraron. Comentario a Apocalipsis 5,11-14 Cristo glorioso merece la misma adoración que el Padre. La grandeza de Cristo-Cordero viene reconocida y pro...