33º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 5 Como algunos le hablaban del Templo , que estaba adornado con bellas piedras y ofrendas votivas , dijo: 6 —Vendrán días en los que de esto que veis no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida. 7 Le preguntaron: —Maestro, ¿cuándo ocurrirán estas cosas y cuál será la señal de que están a punto de suceder? 8 Él dijo: —Mirad, no os dejéis engañar; porque vendrán en mi nombre muchos diciendo: «Yo soy», y «el momento está próximo». No les sigáis. 9 Cuando oigáis hablar de guerras y de revoluciones, no os aterréis, porque es necesario que sucedan primero estas cosas. Pero el fin no es inmediato. 10 Entonces les decía: —Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino; 11 habrá grandes terremotos y hambre y peste en diversos lugares; habrá cosas aterradoras y grandes señales en el cielo. 12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, llevándoos ante reye...
15º domingo del Tiempo ordinario – C. Evangelio 25 Entonces un doctor de la Ley se levantó y dijo para tentarle: —Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna? 26 Él le contestó: —¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees tú? 27 Y éste le respondió: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo. 28 Y le dijo: —Has respondido bien: haz esto y vivirás. 29 Pero él, queriendo justificarse, le dijo a Jesús: —¿Y quién es mi prójimo? 30 Entonces Jesús, tomando la palabra, dijo: —Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos salteadores que, después de haberle despojado, le cubrieron de heridas y se marcharon, dejándolo medio muerto. 31 Bajaba casualmente por el mismo camino un sacerdote y, al verlo, pasó de largo. 32 Igualmente, un levita llegó cerca de aquel lugar y, al verlo, también pasó de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje se lleg...