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Mostrando entradas de junio, 2025

Te daré las llaves del reino de los cielos (Mt 16,13-19)

Solemnidad de San Pedro y San Pablo – Evangelio 13 Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, comenzó a preguntarles a sus discípulos: —¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? 14 Ellos respondieron: —Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o alguno de los profetas. 15 Él les dijo: —Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? 16 Respondió Simón Pedro: —Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. 17 Jesús le respondió: —Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. 19 Te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo ...

Me está reservada la corona que el Señor me entregará (2 Tm 4, 6-8.17-18)

Solemnidad de San Pedro y San Pablo – 2ª lectura 6 Pues yo estoy a punto de derramar mi sangre en sacrificio, y el momento de mi partida es inminente. 7 He peleado el noble combate, he alcanzado la meta, he guardado la fe. 8 Por lo demás, me está reservada la merecida corona que el Señor, el Justo Juez, me entregará aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que han deseado con amor su venida. 17 El Señor me asistió y me fortaleció para que, por medio de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todos los gentiles. Y fui librado de la boca del león. 18 El Señor me librará de toda obra mala y me salvará para su reino celestial. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Comentario a 2 Timoteo 4,6-18 Al considerar la proximidad del final de su vida, Pablo manifiesta que la muerte es una ofrenda a Dios, semejante a las l...

Pedro estaba encerrado en la cárcel (Hch 12,1-11)

Solemnidad de San Pedro y San Pablo – 1ª lectura 1 En aquel tiempo prendió el rey Herodes a algunos de la Iglesia para maltratarlos. 2 Dio muerte por la espada a Santiago, hermano de Juan. 3 Y al ver que esto agradaba a los judíos, decidió prender también a Pedro. Eran los días de los Ácimos. 4 Cuando lo apresó, lo metió en la cárcel y lo entregó a cuatro escuadras de cuatro soldados para que lo custodiaran, con el propósito de hacerlo comparecer ante el pueblo después de la Pascua. 5 Así pues, Pedro estaba encerrado en la cárcel, mientras la Iglesia rogaba incesantemente por él a Dios. 6 Cuando Herodes iba ya a hacerlo comparecer, aquella misma noche dormía Pedro entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, mientras unos centinelas vigilaban la cárcel delante de la puerta. 7 De pronto se presentó un ángel del Señor y un resplandor ilumi...

Dadles vosotros de comer (Lc 9,11b-17)

Corpus Christi – C. Evangelio 11b Jesús les hablaba del Reino de Dios, y sanaba a los que tenían necesidad. 12 Empezaba a declinar el día, y se acercaron los doce para decirle: —Despide a la muchedumbre, para que se vayan a los pueblos y aldeas de alrededor, a buscar albergue y a proveerse de alimentos; porque aquí estamos en un lugar desierto. 13 Él les dijo: —Dadles vosotros de comer. Pero ellos dijeron: —No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que vayamos nosotros y compremos comida para todo este gentío 14 —había unos cinco mil hombres. Entonces les dijo a sus discípulos: —Hacedlos sentar en grupos de cincuenta. 15 Así lo hicieron, y acomodaron a todos. 16 Tomando los cinco panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo y pronunció la bendición sobre ellos, los partió y empezó a dárselos a sus discípu...

Esto es mi Cuerpo (1 Co 11,23-26)

Corpus Christi – C. 2ª lectura 23 Porque yo recibí del Señor lo que también os transmití: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, 24 y dando gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se da por vosotros; haced esto en conmemoración mía». 25 Y de la misma manera, después de cenar, tomó el cáliz, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre; cuantas veces lo bebáis, hacedlo en conmemoración mía». 26 Porque cada vez que coméis este pan y bebéis este cáliz, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga. Comentario a 1 Corintios 11,23-26 En la doctrina sobre la Eucaristía que aquí transmite San Pablo emerge la importancia de la Tradición apostólica (v. 23). Junto con los textos de Mt, Mc y Lc, los vv. 23-25 constituyen el cuarto rela...

Ofreció pan y vino (Gn 14,18-20)

Corpus Christi – C. 1ª lectura 18 Melquisedec, rey de Salem, que era sacerdote del Dios Altísimo, ofreció pan y vino, 19 y le bendijo diciendo: —Bendito sea Abrán por parte del Dios Altísimo, creador de cielo y tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo que puso a tus enemigos en tus manos. Y Abrán le dio el diezmo de todo. Comentario a Génesis 14,18-20 Como un pequeño inciso al terminar el relato de la victoria de Abrahán sobre los reyes del norte, se recoge esta escueta tradición, que muestra la relación de Abrahán con Jerusalén y su rey. En el contexto de la historia patriarcal, este episodio refleja el reconocimiento por parte de los pueblos (Salem, Sodoma) de la bendición que les llega por medio de Abrahán (cfr 12,3). En el caso concreto de Salem, se deja entrever también que allí se adoraba al verdadero Dios, creador del cielo y de la tierra, con el nombre de El-Elyón, o Dios Altísimo, y que es reconocido por Abrahán como el mismo Señor, «creador de cielo y tierra» (cfr 14,...

El Espíritu os guiará hacia toda la verdad (Jn 16,12-15)

Santísima Trinidad – C. Evangelio 12 Todavía tengo que deciros muchas cosas, pero no podéis sobrellevarlas ahora. 13 Cuando venga Aquél, el Espíritu de la verdad, os guiará hacia toda la verdad, pues no hablará por sí mismo, sino que dirá todo lo que oiga y os anunciará lo que va a venir. 14 Él me glorificará porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso dije: «Recibe de lo mío y os lo anunciará». Comentario a Juan 16,12-15 En todo el capítulo 16 de San Juan, Jesús predice que quienes no conocen a Dios Padre ni le reconocen a Él perseguirán a sus discípulos como también le persiguieron a Él y le dieron muerte (cfr 15,18-20), pero las persecuciones y dificultades que inevitablemente han de encontrar quienes siguen a Cristo no deben ser causa de es...

El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones (Rm 5,1-5)

Santísima Trinidad – C. 2ª lectura 1 Justificados, por tanto, por la fe, estamos en paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por quien también tenemos acceso en virtud de la fe a esta gracia en la que permanecemos, y nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Pero no sólo esto: también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce la paciencia; 4 la paciencia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. 5 Una esperanza que no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado. Comentario a Romanos 5,1-5 La nueva vida que resulta de la justificación se realiza en la fe y en la esperanza (vv. 1-2), que tienen la garantía del amor de Dios (v. 5). Así pues, fe, esperanza y caridad, «las tres virtudes teologales, que componen el armazón sobre el que se teje ...

Desde la eternidad fue formada la Sabiduría (Pr 8,22-31)

Santísima Trinidad – C. 1ª lectura 22 El Señor me tuvo al principio de sus caminos, antes de que hiciera cosa alguna, desde antaño. 23 Desde la eternidad fui formada, desde el comienzo, antes que la tierra. 24 Cuando no existían los océanos fui dada a luz, cuando no había fuentes repletas de agua. 25 Antes que se asentaran los montes, antes que las colinas fui dada a luz. 26 Aún no había hecho la tierra ni los campos, ni el polvo primero del mundo. 27 Cuando asentaba los cielos, allí estaba yo, cuando fijaba un límite a la superficie del océano, 28 cuando sujetaba las nubes en lo alto, cuando consolidaba las fuentes del océano, 29 cuando ponía su límite al mar para que las aguas no lo traspasaran, cuando fijaba los cimientos de la tierra, 30 yo estaba proyectando junto a Él, lo deleitaba día a día, actuando ante Él en todo momento, 31 jugando con el orbe de la tierra, y me deleitaba con los hijos de Adán. Comentario a Proverbios 8,22-31 La Sabidurí...

Recibid el Espíritu Santo (Jn 20,19-23)

Pentecostés – Evangelio 19 Al atardecer de aquel día, el siguiente al sábado, con las puertas del lugar donde se habían reunido los discípulos cerradas por miedo a los judíos, vino Jesús, se presentó en medio de ellos y les dijo: —La paz esté con vosotros. 20 Y dicho esto les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. 21 Les repitió: —La paz esté con vosotros. Como el Padre me envió, así os envío yo. 22 Dicho esto sopló sobre ellos y les dijo: —Recibid el Espíritu Santo; 23 a quienes les perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes se los retengáis, les son retenidos. Comentario a Juan 20,19-23 La aparición de Jesús glorioso a los discípulos y la efusión del Espíritu Santo sobre ellos viene a equivaler, en el Evangelio de Juan , a l...

Bautizados en un mismo espíritu (1 Co 12,3b-7.12-13)

Pentecostés – 2ª lectura 3 Nadie puede decir: «¡Señor Jesús!», sino por el Espíritu Santo. 4 Hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo; 5 y diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; 6 y diversidad de acciones, pero Dios es el mismo, que obra todo en todos. 7 A cada uno se le concede la manifestación del Espíritu para provecho común. 12 Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, aun siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. 13 Porque todos nosotros, tanto judíos como griegos, tanto siervos como libres, fuimos bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. Comentario a 1 Corintios 12,3-13 Parece que entre los corintios paganos se daban fenómenos de exaltación religiosa, como entrar en trance, acom...

Se llenaron del Espíritu Santo (Hch 2,1-11)

Pentecostés. 1ª lectura 1 Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar. 2 Y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de un viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban. 3 Entonces se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que se dividían y se posaban sobre cada uno de ellos. 4 Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les hacía expresarse. 5 Habitaban en Jerusalén judíos, hombres piadosos venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. 6 Al producirse aquel ruido se reunió la multitud y quedó perpleja, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 7 Estaban asombrados y se admiraban diciendo: —¿Es que no son galileos todos éstos que están hablando? 8 ¿Cómo es, pues, que nosotros les oímos cada...